martes, 21 de diciembre de 2010

Deseos

El Beso de Luna se ha engalanado para estas fiestas. Este año nos deslumbra con su aspecto más argentino. La plata, símbolo de nuestra amada Luna, reverbera por doquier. Velones plateados, telas, cojines, laureles deslumbrantes en las sienes de las estatuas… Hasta las camareras parecen entrar en simbiosis con el ambiente, elegantemente envueltas con ceñidos vestidos en blanco y argento. Todo un espectáculo para la vista. A estas horas de la noche la villa se encuentra abarrotada de gente. Las pérgolas se han dotado de calefacción exterior para estas fechas, y todo el mundo parece dispuesto a tomar los jardines con verdadera furia festiva. Nuestra llegada no ha podido pasar desapercibida. Un murmullo que se eleva por encima de la música nos da la bienvenida al local. Los grupos se hacen a un lado para dejarnos paso, y puedo percibir, desde una discreta distancia, la multitud de ojos ávidos que observan el recorrido de nuestras amigas como si se tratara de un desfile por la alfombra roja. De un tiempo a esta parte, la aparición de nuestras chicas por el Beso de Luna suele provocar esta clase de efectos. Qué le vamos a hacer… Y hoy es todavía más espectacular, si cabe, nuestra entrada. Han venido todos y todas a desearos lo mejor para el año próximo. Nos acomodamos en nuestro rincón privado del jardín, debidamente acondicionado para el invierno, y de inmediato se acercan dos atractivas camareras portando bandejas con cava y trufas. — ¡Cualquier día os piden autógrafos! —exclamo divertida mientras nos van sirviendo—. Me encanta que hayáis podido venir. Aunque falta alguien… Bueno, ya sabes… —responde Mel sonriendo. —Lo sé —digo haciéndole un guiño—. ¿Tenéis preparados vuestros deseos para las amigas y amigos que os siguen? —pregunto mirándolos a todos. — ¡Claro! —contestan casi al unísono. —Pues entonces, es hora de brindar. Levanto mi copa y arrastro conmigo diez manos que se encuentran en el centro de la mesa. El tintineo del cristal flota en el aire. Luego se hace un silencio reverencial mientras paladeamos el líquido burbujeante. Capto la mirada azul profundo de Marcello y sonrío. — ¿Empiezas tú? —Encantado —contesta volviendo a coger su copa—. Yo quiero desear a todos el coraje suficiente para realizar sus sueños. —Precioso brindis, Marcello. ¿Álex? Ella me observa concentrada, humedece de nuevo sus labios con cava y deja la copa sobre la mesa. —Yo a todas las amigas y amigos que nos siguen les deseo la armonía en sus vidas y el olvido de los desencuentros. —Perfecto Álex ¿Nos cuentas tu deseo, Sara? —Mi deseo es la Salud, y si no fuera posible, que nunca falte el cuidado de alguien cercano —dice Sara, regalándonos su voz aterciopelada y tímida. —Gracias, Sara. ¿Patricia? Ella parece estar disfrutando con esto, a la vista del brillo que me dedican sus ojos increíbles. —Deseo a nuestras amigas y amigos que dejen volar su alma aventurera y lo disfruten. —No está mal —le digo devolviéndole una sonrisa sugerente. Iván levanta su copa sin darme ocasión de nombrarlo y me sonríe. —Mi deseo es que encuentren su alma gemela, si todavía no lo han hecho —afirma mirando con ojos tiernos a su pareja. — ¡Muchas y muchos te van a agradecer ese deseo! —digo riéndome—¿Y tú, Fran? —Yo les deseo el sentido del humor. Quien no lo tenga que lo conozca y lo disfrute. Quien lo tenga, que lo potencie. Para mí es un punto de vista imprescindible para apreciar la vida. — ¡Así sea! ¿María? Esta noche irradia una luz especial. Tendré que preguntar a Eva a qué se debe… —Mi deseo es que encuentren la paz interior y que sepan apreciar la belleza en todas sus expresiones. — ¡Ojalá se cumpla! Eva, tu turno. —El mío es un poquito más prosaico, en mi línea —suelta echándose el flequillo hacia atrás—. Deseo la ausencia de hipocresía y unas relaciones sexuales abundantes y explosivas. —Querida Eva, ¡no sabes lo que te apoyo en tu deseo! —le digo riéndome. A ver, Carla… Me mira con ese algo que intimida. —Deseo que cada cual encuentre la actividad que le haga feliz y consiga vivir de ello. —Utópico pero atractivo. Y por fin, Mel… —Yo les deseo que vivan con pasión. Que experimenten la pasión en todas sus vertientes y se dejen arrastrar por ella. Es la mejor forma de sentirse viva. Miro a Mel con agradecimiento y siento que es mi turno. —Pues mi deseo es que se cumplan todos los vuestros. Levanto mi copa y brindo de nuevo con ellos, y algo me dice que van a estar conmigo para siempre. Por cierto, todos me han transmitido su euforia por el próximo encuentro que va a tener lugar en Barcelona. El 28 de enero tenemos una cita en la librería Bertrand para hablar de No voy a disculparme, Tras la pared, Autorretrato con mar al fondo, y toda clase de cosas que surjan y deseéis saber…

domingo, 12 de diciembre de 2010

María y Mel nos hablan de Autorretrato con mar al fondo

El clima nos ha dado un respiro regalándonos una suerte de primavera peregrina. Sin embargo, no nos hemos atrevido a reunirnos en el rincón del jardín que habitualmente es testigo de nuestras tribulaciones en el Beso de Luna. Nos hallamos en nuestra sala de invierno dentro de la villa, en medio del ambiente refinado que nos aportan las estatuas griegas, las molduras, los cojines enormes y mullidos, y por supuesto, los magníficos candeleros encendidos que perfuman cada rincón del alma. María y Mel me observan con una sonrisa mientras les sirvo una copa del magnífico vino de la tierra que tengo entre las manos. El líquido oscuro va creciendo tras el vidrio provocando un rastro húmedo en nuestros paladares. La promesa de una caricia aterciopelada. Antes de hablar, un brindis mudo, en el que se entrechocan nuestros ojos antes que las copas. Y luego, el aroma, el sabor, la calidez, el placer… —Siempre sabes elegir el vino adecuado para cada ocasión —dice María ofreciéndome una mirada agradecida que adivino por los destellos azules de su iris. —Gracias, ya sabéis que me encanta mimaros. —No siempre —dice Mel con una sonrisa entre divertida y retadora. — ¿Lo dices por algo en concreto? —le pregunto enarcando una ceja, conocedora de que estoy mostrándole mi cara más traviesa. —Con alguna de nosotras te has pasado un poquito últimamente... —Te refieres a Autorretrato con mar al fondo, claro —le digo mandándole una sonrisa malvada—. Exigencias del guión. Tú de eso sabes bastante. —Touché — contesta riéndose y levantando su copa. — ¿Tú te encuentras incómoda dentro de esta historia? —le pregunto a María. —No, yo entiendo por dónde vas. No me encuentro incómoda, tal vez un poco rara… —contesta terminando la frase con un tono seductor. —Es normal, dado que estás… — ¡No lo digas! —grita Mel. —No te preocupes —me río—. No iba a decir nada revelador. Iba a decir “inspirada”. ¿Tú también tienes alguna “sugerencia” que hacerme? —Bueno, imagino que no podré ahorrarme una determinada escenita… —Me temo que no. —Lo sabía. Tenía que intentarlo. —Pero estarás contenta de volver a ver a una antigua amiga que vuelve a cobrar protagonismo… —Contenta no es la palabra que yo utilizaría. —Te comprendo —digo divertida, al tiempo que agarro mi copa para alzarla ante nuestras dos amigas—. De todas formas, propongo un brindis de “entendimiento”. Por vuestra tercera aventura. — ¡Por nuestra tercera aventura! — responden las dos al unísono. Autorretrato con mar al fondo se está cociendo lentamente.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Eva y Patricia, ¿enfrentadas?

Se acerca el invierno. En el interior de la villa impera el aroma a cera derretida en armonía con las fragancias tropicales que envuelven el Beso de Luna, el cóctel más solicitado del local. — ¿Qué os pasa a vosotras dos? —pregunto con una sonrisa maliciosa. Eva y Patricia me miran lanzándome miles de reproches mudos, que intuyo no van a permanecer ocultos mucho más tiempo. — ¿Te encanta complicarnos la vida, verdad? —salta Eva sin poderse contener. —Eva tiene razón. Creo que esta vez ha sido un poquito excesivo —apunta Patricia fingiendo seriedad, aunque se le escapa media sonrisa divertida. —Confieso que el mar de fondo que promete vuestra tercera aventura es algo intenso, pero espero que esto no establezca un abismo insondable entre vosotras… —Pues nos has puesto en una situación bastante incómoda, por no hablar del trago inicial que me toca…—continúa Eva echando fuego por los ojos. —Bueno, pero todo tiene sus compensaciones, no me podrás negar que hay momentos en que te lo pasas francamente bien —replico provocadora. —Sí, ¡a costa de ponernos a todas patas arriba! Ya sabéis que la rutina debe romperse de vez en cuando. No me podéis acusar de que vuestras vidas sean monótonas. —No, desde luego, no nos dejas aburrirnos absolutamente nada —dice Patricia retándome con sus increíbles ojos, aunque su tono revela más agradecimiento que reproche. —Lo importante es que no haya quedado ninguna secuela importante y por lo que se ve, no la hay. Habéis venido juntas… —De eso nada. Hemos venido cada una por separado y tú has provocado que nos encontráramos aquí —contesta Eva, liquidando medio Beso de Luna de un solo trago. —Bueno, Patricia es la que más debería protestar, al fin y al cabo ella… —La verdad es que he acabado comprendiendo a Eva. No puedo reprocharle que actuara como lo hizo. Yo quizás hubiera hecho lo mismo —me interrumpe Patricia. —No es cierto que ella sea la más perjudicada. Además eso lo va a poder juzgar todo el mundo cuando nos exhibas descaradamente en Autorretrato con mar al fondo —replica Eva. Ya lo podéis ver: Eva parece realmente enfadada conmigo. Lástima que tengáis que esperar unos meses para saber el motivo. Autorretrato con mar al fondo se hace de rogar…

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Mel nos hace un regalo

El Beso de Luna se ha erigido en refugio maternal para mi cuerpo, tras haber padecido el empuje del viento insolente que nos acompaña durante estos últimos días. Entre las cálidas paredes del edificio principal, espero la llegada de nuestra invitada, reconfortada con los primeros sorbos de mi cóctel. No me hace esperar demasiado. Con el cuello del abrigo todavía levantado, se acerca para besarme y puedo sentir el frescor de sus mejillas azotadas por la intemperie. —Esto es otra cosa —dice Mel quitándose el abrigo con una amplia sonrisa. El brillo peculiar que aparece en su rostro al realizar ese gesto me hace comprender la locura que arrastra a Carla desde que ella se cruzó en su camino. — ¿Te pido uno? —pregunto sonriendo a mi vez, mientras señalo mi Beso de Luna. —Perfecto. En cuanto la camarera asoma la cabeza por nuestro reservado, le hago una señal blandiendo en alto mi copa, y ella me regala un guiño, alejándose rauda hacia la barra. —Bueno, tenemos el fin de semana calentito… El viernes la presentación de Ellas y Nosotras a cargo de Elina Norandi, coordinadora del libro, acompañada de la escritora Angie Simonis y de Carmen G. Hernández del Club Alesway. — ¿Dónde es? —En el mismo sitio donde hicimos la presentación de Tras la pared, la librería Bibliocafé, en Amadeo de Saboya, 17 de Valencia. Comenzará a las 19:30. Y tengo la seguridad de que será muy interesante… Se trata de una recopilación de estudios lesbianos sobre literatura escrita en castellano. — No me gustaría perdérmelo ¿Y el sábado? —pregunta dando un primer sorbo al cóctel que acaba de dejar la camarera sobre la mesa. —El sábado nos vamos de fiesta al SOM COM SOM, en la Calle Cádiz, 75 de Valencia. Me están esperando unas cuantas amigas a partir de las 23 horas para que les dedique Tras la pared. Las que no lo tengan y quieran zambullirse en vuestras aventuras, se lo podrán comprar a Vicky en la barra. ¿Carla y tú vais a venir? —Yo iré encantada. Carla no puede. Tiene obligaciones en casa, ya sabes… —Pero Álex… —Se va fuera con Marcello este fin de semana. —Bueno, pues si vienes sola ya sabes lo que te espera... —Estoy acostumbrada —contesta riéndose—. Por cierto, quisiera enseñarte algo. Del bolsillo interior del abrigo saca un papel doblado y me lo pasa. — ¿Qué es esto? —pregunto con curiosidad mientras lo desdoblo para leerlo. —Mi peculiar bienvenida al Papa. Me gustaría que la compartieras con nuestr@s amig@s. Le lanzo mi mirada más mordaz y ella levanta una ceja volviendo a blandir su sonrisa poderosa. Aceptando su provocación, comienzo a leer, calentando previamente mi garganta con nuestro elixir particular. Aquí os dejo su regalito. Bienvenido Su Santidad: Ha sido un honor para mí contar con su Santa Presencia en este país como representante máximo de Dios en la Tierra, y constatar que, como es costumbre en Su Santidad, conserva la rara habilidad de unir a los distintos grupos humanos en un solo pensamiento: que nuestra vida ya no será la misma tras haber recibido Su Bendición y aceptado sus sabios consejos. Porque Su Santidad nos muestra su sabiduría cada vez que proclama el respeto al ser humano, independientemente de su pensamiento, su creencia, su sexo y su opción sexual. Su Santidad es sabio al constituirse en defensor de la Salud, y de la enseñanza y expansión de avanzados métodos profilácticos que preservan al ser humano de enfermedades. Su Santidad obra con sabiduría cada vez que pregona la influencia positiva de la Ciencia y la Medicina, y los avances de ambas, en pos de la felicidad de las personas, de la recuperación de la calidad de vida y del alejamiento del dolor. Su Santidad es sabio cuando defiende que la realización del ser humano puede tener lugar tanto en las labores de la casa como en el trabajo fuera del hogar, independientemente del sexo con el que uno haya tenido la virtud de llegar a este mundo igualitario y plural. Su Santidad actúa con sabiduría cada vez que ampara la institución de la familia y la unión entre los seres que se aman, porque Su Santidad bien conoce, y así nos lo ha transmitido, que el Amor entre las personas fue instaurado por Dios y la Naturaleza desde el principio de los tiempos. Su Santidad es sabio, por tanto, al pregonar el Amor Universal y los lazos que unen a las personas que, lejos de ser indisolubles, al tratarse de lazos y no de nudos, conectan a los seres mientras el vínculo se alimente de amor y no de obligaciones, ni contratos. Su Santidad es sabio cada vez que fomenta el gasto del erario público para la difusión de su sabiduría. No hay nada que apacigüe más el hambre de los pueblos. Su Santidad es sabio cuando proclama que se puede alcanzar la Verdad por cualquier camino, aunque sea distinto al trazado por su doctrina. Su Santidad es sabio, por fin, al defender el erotismo y la sexualidad como una de las riquezas más grandes que nos ha regalado Dios y la Madre Naturaleza, y al propugnar que dicho don no debe ser despreciado por el ser humano, ni unido irremediablemente a la reproducción de la especie. Por todo ello, doy la bienvenida a Su Santidad y le ruego que no dude ni un instante en volver a compartir sus sabias enseñanzas con nuestro pueblo. Bienvenido, Su Santidad, y bienvenida su infinita sabiduría. Mel y yo os esperamos este fin de semana.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Carla nos cuenta los planes para el día 13

Desde la última entrevista, Carla ha sufrido un cambio sutil pero reconocible. Es la clase de transformación que nace de dentro y hace estallar la belleza oculta, empujando hacia fuera un resplandor que ciega. Así que, amig@s, observarla de cerca es una experiencia que deja huella. Para mayor desasosiego, sigue inundando de azahar los sentidos de quien se acerca lo suficiente… como me acaba de ocurrir ahora a mí, al intercambiar nuestros besos. —Estás deslumbrante. —Gracias —contesta ligeramente sorprendida. —Se nota que tu vida está alcanzando la plenitud… —La verdad es que ahora mismo me siento como nunca. Ya sabes que me han pasado cosas interesantes en los últimos tiempos. —Cosas que vienen para quedarse… —Espero que sí. Depende de ti…—me dice sonriendo con un ligero grado de maldad. —Bueno, te pediría que no te relajaras mucho, por si acaso… —Pero esto no me lo irás a quitar…—añade, denotando cierto brillo de alarma en sus ojos. —No te preocupes. Nunca se me ocurriría. Noto que se relaja y coge una de las copas que nuestra camarera acaba de dejar sobre la mesa. El Beso de Luna roza sus labios y observo como cierra los ojos para embriagarse de sabores. Cuando los vuelve a abrir, caigo en la cuenta de que sus pupilas han aumentado ligeramente de tamaño. Nuestra Carla es más sensible de lo que ella misma desearía revelar. Se ha visto arrollada por una de las reacciones inesperadas de nuestro elixir de moda: la exaltación de los sentidos. —Me han dicho que tenemos pronto nueva fiesta…—sugiere, aparentemente inmune a los encantos de su cóctel. —Solo si os apetece y podéis. Ya sabéis que no estáis obligadas, pero será divertido. Nuestra amiga Vicky, experta en los avatares de la noche, ha preparado nuevo encuentro y firma de libros en el SOM COM SOM para el sábado 13 de noviembre. Y, por lo que he oído, se espera gran concurrencia… —A Mel y a mí siempre nos apetece ir contigo a cualquier evento. Además no creo que haya problema, pero hablaré con mi madre, ya sabes. El resto seguro que no se lo perderá. La última vez fue muy excitante. El ambiente y la música, geniales… —Cuando la gente se entere de que vais a venir conmigo, me da la impresión de que no va a caber una aguja en el local… Carla sonríe y vuelve a dar un breve sorbo a su copa. —Avisa a Vicky… —Ella ya lo sabe. Y vosotr@s ahora también. Volveremos a reventar la noche en el SOM COM SOM (C/Cádiz, 75) el sábado 13 de noviembre a partir de las 23 horas. Allí os espero para firmar vuestro ejemplar de TRAS LA PARED. Disponéis de una nueva oportunidad de conocer a Carla, Mel, Patricia, Sara, Eva, María, Fran, Iván… Y contáis con el calor del ambiente…

miércoles, 13 de octubre de 2010

Álex y Marcello me interrogan sobre el futuro

Cuando los veo entrar en la sala elegida, dentro de la villa que constituye el corazón del Beso de Luna, no puedo dejar de pensar que forman una pareja espectacular. Elegantes, atractivos, irradian una fuerza y un magnetismo evidente. Álex y Marcello se acercan y me besan con afabilidad. La camarera, al acecho, aguarda discretamente a un lado para cumplir los deseos de los recién llegados. — ¿Os apetece un Beso de Luna? Creo que todavía no lo habéis probado…—les pregunto con una sonrisa. —Por mí bien. Carla me ha hablado tanto de ese cóctel que va siendo hora de que lo pruebe —sentencia Álex. —A mí también me gustaría saborearlo — apunta Marcello, blandiendo una sonrisa blanquísima. La chica se aleja y yo observo a nuestros invitados con mirada apreciativa. —Me da la sensación de que estáis disfrutando de un momento magnífico. — ¿Por qué lo dices? —ataca Álex con cierto regocijo en sus inquietantes ojos oscuros. —Bueno, ya sabes a qué me refiero. Algo que ha sucedido recientemente, que considerabas impensable por la forma en que estaba discurriendo todo y que, sin embargo, ha ocurrido y ha supuesto una sorpresa y, a la vez, un regalo precioso… Algunos de nuestros seguidores saben perfectamente de qué o de quién estoy hablando. —Espero que mucha gente lo sepa ya, después de haber leído Tras la pared…—dice con una sonrisa cómplice—. La verdad es que ha supuesto un cambio enorme y maravilloso en nuestras vidas. Y además ha retrasado algo que teníamos pendiente… —Pero ese algo lo vais a realizar en la próxima aventura, supongo… —Conociéndote, yo no estaría tan seguro…—interviene Marcello con un toque de picardía en su atrayente acento italiano. —Seguro que nos tienes reservado algo inquietante en ese Autorretrato con mar al fondo que vas a sacarte de la manga —me acusa Álex con buena dosis de maldad en su tono. —Me vais a decir que os lo he hecho pasar horriblemente mal en el pasado… — ¡Hombre, pues a mí casi me matas! —se ríe Marcello. —No llegó la sangre al río… — ¡Pues faltó poco! Te recuerdo que estuve a punto de comerme a Mel —suelta Álex. —Pero si eres todo corazón…—le replico guiñándole un ojo. —Eso es lo que os gustaría a algunas…—contesta con un brillo significativo en la mirada. — ¿Pero nos vas a hacer sufrir mucho en un futuro próximo? —pregunta Marcello vigilando cada movimiento de mi rostro para intentar descubrir algún indicio. —Como algunos dicen, no hay placer sin dolor…—le digo imperturbable, o por lo menos lo intento. Todo se verá. Autorretrato con mar al fondo sigue horneándose…y los Besos de Luna ya están sobre la mesa. Espero que sepan disfrutarlos…

lunes, 4 de octubre de 2010

Las chicas se lo pasaron de miedo

Las risas flotan en el aire al recordar determinadas escenas del pasado viernes. Ante mí tengo a Patricia y a Mel saboreando los cócteles mientras comparten conmigo sus impresiones. —Por lo que veo Carla no ha podido venir… —digo dirigiéndome a Mel. —Ya sabes, las obligaciones…—me contesta con una sonrisa cómplice. —Ya… ¿Y Sara? —Hoy trabajaba hasta tarde—me aclara Patricia. —Bueno, Eva y María tampoco podían acudir hoy, pero me han prometido que me lo contarán otro día. —Yo personalmente me lo pasé bomba. Además percibí alguna que otra mirada interrogante —cuenta Patricia divertida, mientras cruza sus larga piernas y se lleva el Beso de Luna a los labios. Un beso llama a otro beso. —Fue una idea estupenda mezclarnos entre la gente. Por cierto, estarás contenta. Tanto Bibliocafé como el SOM COM SOM estaban abarrotados —comenta Mel. —Más que contenta. Estoy tremendamente agradecida por las muestras de cariño y por las atenciones de los asistentes. No podía ni imaginarme la cantidad de gente que iba a acudir a la presentación. —Vaya, y además desde distintos puntos de España, de Elche, Gandía, Denia, Madrid, Granada… —añade Patricia haciéndome un guiño. —A ver, suelta lo que te ronda por esa cabecita… —Había chicas muy guapas esa noche rodeándote… —Sí, soy muy afortunada, ya lo sabes…—le contesto utilizando el mismo tono provocador que ella. —Algunas vinieron desde muy lejos expresamente para verte…—dice Mel apuntándose al juego. —Perdona, pero realmente vinieron a veros a vosotras. Sois el reclamo perfecto. —Pues ninguna de ellas se atrevió a decirme nada —señala Patricia— ¿A ti te dijeron algo? —pregunta dirigiéndose a Mel. —No. Recibí algunas miradas curiosas, pero nadie me habló. Y Carla me contó que a ella tampoco le dijeron nada. —Es totalmente natural, imponéis bastante, chicas…—les digo riéndome—. En el SOM COM SOM pillé algunas miradas embelesadas, especialmente hacia una de vosotras y no miro a nadie…—añado divertida. —Bueno, el caso es que fue un éxito total —sentencia Mel. —Desde luego. Estoy encantada y agradecida. ¿Qué os parece si dejamos a nuestr@s amig@s un recuerdo fotográfico de esa noche? No os preocupéis, ya sabéis que he seleccionado las fotos en las que no estáis, para conservar el anonimato… —Pues yo creo que una de ellas se te ha colado…—dice Patricia con una amplia sonrisa. —Pero nadie lo sabe…—contesto enarcando una ceja, mientras me lleno la boca del líquido exótico que alberga mi copa. Ahí os dejamos las imágenes. Gracias a tod@s. Deseamos que las disfrutéis…

lunes, 27 de septiembre de 2010

Ellas preparan la fiesta del viernes

Hoy sí. Esta tarde hemos tenido que refugiarnos en nuestro rincón interior del Beso de Luna. La brisa que nos regaló el mar, durante el recorrido hasta la villa entre las pérgolas desiertas del jardín, provocó que nuestra piel se erizara de frío. Ha descendido la temperatura de repente y el otoño asoma la cabeza reclamando el protagonismo. Nuestras chicas están nerviosas. Se percibe en el aire. Doce ojos brillantes de excitación me observan esperando que revele los planes para la noche del próximo viernes. La fiesta que se prepara para el 1 de octubre va a ser espectacular. — ¿Entonces nos mezclamos entre la gente, por fin? —pregunta Carla con semblante concentrado. — A mí parece un plan perfecto. Se de mucha gente que va a estar escrutando cada rincón esperando descubriros, buscando un rasgo familiar, anhelando que el codo que les roce pertenezca a alguna de vosotras —digo añadiendo un grado más de tensión en el ambiente. — ¿Quieres decir que acudirá tanta gente como para permitirnos jugar al escondite? —pregunta Eva socarrona. — Apostaría por ello. Tenéis más tirón del que os imagináis… — Incluso una de nosotras podría hacerte alguna pregunta, como si fuera una lectora más… —propone Patricia con una sonrisa traviesa. —Puedes llegar a grados de maldad insospechados… —le digo riéndome. —La culpa es tuya, ya sabes —replica clavándome la mirada. —Lo reconozco —digo poniendo mi mejor cara de chica buena. —Excelente idea, la verdad. ¿Y después? —pregunta Mel. —Quedáis en algún sitio a tomar algo y acudís al SOM COM SOM a partir de las 23.30 —Pero no podremos entrar todas juntas…—señala Sara con ojos curiosos. —No te preocupes, cariño, en la cena nos pondremos de acuerdo y acudiremos por parejas a distintas horas —plantea María. —Estupendo. Pero no os demoréis mucho porque Vicky os espera. Me ha dicho que nos va a preparar un Agua de Valencia espectacular… Además no os podéis imaginar la cantidad de chicas que estarán ansiosas esa noche mirando a su alrededor. —Desde luego, nos metes en unos jaleos… —replica Eva, respondona como siempre. —Sé perfectamente que te divierte este jueguecito tanto o más que a las demás, así que no te quejes tanto…—le contesto sonriendo. —Está excitada como una adolescente. Venía contándome en el coche las ganas que tiene de que llegue el viernes…—se ríe María propinándole un beso en la boca. Eva simula enfadarse con ella, intentando apartarla, aunque la risa que se adivina en sus ojos es clara muestra de lo contrario. Ya sabéis, chicas, ¡vais a estar en el SOM COM SOM con todas ellas! Os reto a descubrirlas… Para las que todavía no lo sepáis, SOM COM SOM está en la calle Cádiz, 75 de Valencia.
Vicky, prepárate. Allá vamos...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Todas se apuntan a un jueguecito

A pesar de que algunas personas, en estos días que preceden al otoño, se decantan por ocupar las salas interiores del Beso de Luna, son muchos y muchas los que esta noche se arremolinan, con la discreción que la curiosidad les permite, en las cercanías de la mesa que ocupo con nuestras amigas en el jardín. Difícil pasar desapercibidas, la verdad. Sara, Patricia, Eva, María, Mel y Carla se han reunido conmigo, y con vosotr@s, claro está, en su rincón preferido de esta villa paradisíaca al borde del Mediterráneo. La brisa comienza a erizar la piel de casi todas. Hace fresco a estas horas, y todavía más en estas noches que huelen a inmediata tormenta otoñal. Pero nos resistimos a abandonar nuestro refugio de verano en este maravilloso emplazamiento. La camarera se aproxima con la bandeja repleta de Besos de Luna y los va depositando, haciendo alarde de una energía joven y vigorosa y de una clara sonrisa de triunfo —por algo ha sido elegida para servir nuestra mesa—, ante cada una de nuestras chicas. — ¿Por qué vamos a brindar? —pregunta María dirigiendo hacia mí sus vivos ojos azules. — ¿Por el evento al que acudiremos en breve? —respondo levantando mi copa hacia el centro de la mesa. —Por el evento —contestan al unísono entrechocando sus cócteles con tal algarabía que algunas gotas saltan de las copas perfumando el aire. — ¿Cómo vamos a hacerlo? —dice Mel divertida. — ¿Cómo proponéis? —le devuelvo la pregunta con una sonrisa cómplice. —Podríamos rodearte como si fuéramos tus guardaespaldas, todas de negro y con gafas oscuras —contesta Carla riéndose. —Sería más interesante si nos entremezcláramos entre la gente —propone Patricia en tono provocador. —Claro, e intentar pasar desapercibidas, ¿no te j..? —suelta Eva con una sonrisa de medio lado—. Sobre todo tú, que eres de lo más discreto —continúa dirigiéndose a Patricia. —No es mala idea —añade Mel. Todas juntas llamamos claramente la atención, pero mezcladas entre los asistentes es otra cosa. Eso nos permitirá escuchar los comentarios y conocer una opinión más directa de nuestro público. —Podemos intentarlo. ¿Qué pensáis? —pregunto mirándolas a todas. —Por mí, encantada —dice Patricia con una sonrisa malévola— ¿Y a ti, cariño, qué te parece? —pregunta girándose hacia Sara. —Lo que decidáis me parecerá bien —contesta sin titubeos, aunque con cierto matiz más oscuro en las mejillas. — ¿Eva? —digo enarcando una ceja. — ¡Vale, como queráis! — ¡Va a ser divertidísimo! —añade María con una sonrisa enorme. —Pues entonces, decidido. Todas allí a partir de las 19:30 ¡y a fingir que no nos conocemos! —digo riéndome mientras vuelvo a levantar mi Beso de Luna y hago chocar mi copa con la de nuestras chicas, todavía con más estruendo, si cabe, que en el brindis anterior. Así que el viernes, 1 de octubre, a las 19:30, nuestras amigas jugarán a esconderse entre vosotr@s en la librería BiblioCafé, Amadeo de Saboya, 17 de Valencia. Y, después, a partir de las 23:30 continuaremos con nuestro camuflaje en la fiesta que Vicky nos ha montado en el SOM COM SOM, el pub de moda de Valencia en la calle Cádiz, 75. Allí habrá más ejemplares a la venta del libro que nos desvela cosas nuevas de nuestras chicas. ¿Os atrevéis a desenmascararlas entre la gente? ¡Aceptad el reto!

martes, 14 de septiembre de 2010

Eva nos anuncia algo

Sigo la mirada de la camarera y puedo leer en sus labios la frase que desliza al oído de una de sus compañeras: “Me dejaría comer entera”. En aquel momento ya tengo claro que Eva está recorriendo el sendero sembrado de candeleros que lleva hasta mi mesa. Un segundo después la veo aparecer y no puedo evitar que se me escape una sonrisa. Ella me mira con el ceño fruncido, algo mosqueada. Se sacude el flequillo hacia atrás y sus ojos oscuros echan chispas. Se ha desprendido del estilo sobrio que le otorgan sus trajes de chaqueta de abogada agresiva, para meterse dentro de una camiseta negra y unos vaqueros de cintura baja, en cuyos bolsillos esconde las manos como para protegerse de algo. — ¿Qué pasa? —Nada, siéntate —le digo riéndome mientras me acerco a besarla. — ¿Y esas risitas? —Es por algo que ha dicho la camarera nada más vertele suelto divertida—. Por cierto, ahí viene. —Tráeme uno de esos —le lanza señalando mi Beso de Luna. —Te lo sirvo en un minuto —le contesta la joven en un tono que hace pensar que, con la copa, viene ella incluida nadando desnuda dentro del cóctel. Eva, imperturbable, le aguanta la mirada sin pestañear. No puede perder su reinado de chica dura… Espero a que se aleje y observo la cara seria de Eva muerta de risa. —Desde luego, espero que María no te deje nunca, o no podrás salir a la calle… —Paso. —Vale, cambio de tercio. ¿Nos vas a hablar de tus amigas y su nueva situación? — ¿Qué quieres saber? —Por ejemplo, lo que opinas de lo de Mel y Carla… — ¿La verdad? —Por supuesto. —Una putada. Mel lo lleva bien porque en el fondo es una buenaza y la morena la vuelve completamente loca. Pero a Carla, ya le vale… —Bueno, creo que ambas han tomado una decisión de la que no se arrepentirán… —Eso espero. Sobre todo, por Mel. —Bueno, y Patricia… —Me parece tremendo lo que ha hecho. Además, casi no lo cuenta… —Sí, eso me pareció oír…—digo sonriendo traviesa. En ese preciso instante regresa la camarera y deja un flamante Beso de Luna ante Eva. —Tu copa —le dice mirándola con atrevimiento. Eva suspira y le suelta: —Cariño, tu mamá te está esperando en casa. La muchacha le sonríe con su mejor cara de Lolita pervertida y se aleja simulando estar ofendida. Me encanta la escena. Presenciar las reacciones que provoca Eva, especialmente en el género femenino más joven, es divertidísimo. Sobre todo porque consiguen sacar su parte más borde. —Bien —digo tragándome la risa—, creo que has venido a comunicarnos una primicia. —Pues sí, las chicas y yo vamos a acompañarte el viernes 1 de octubre a la presentación de esa aventura que has creado para nosotras: Tras la pared. —La verdad es que me resulta muy difícil ir a cualquier sitio sin vosotras… —Ni te atrevas. —No lo haré. El viernes, 1 de octubre, a las 19:30, estaremos todas con vosotr@s en la librería BiblioCafé, Amadeo de Saboya, 17 de Valencia, en un entorno cálido invadido de amig@s, vino, libros y más… Y, después, a partir de las 23:30 continuaremos la fiesta en el SOM COM SOM, el pub de moda de Valencia en la calle Cádiz, 75, hasta que el cuerpo aguante. Allí habrá más libros, para l@s rezagad@s... Os esperamos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Patricia lanza una pregunta al aire

Este es uno de los momentos más atractivos del año para disfrutar del Beso de Luna. La marabunta del verano se ha ido dispersando, buscando otras rutas, conquistando nuevos puertos, mientras quedan los habituales para disfrutar sin agobios, casi con indolencia, del ambiente relajado del local, para dejarse mecer por la brisa refrescante de los días que nos conducen al otoño. Hoy tenemos una cita con Patricia, que viene a desvelarnos otro ingrediente de los que componen nuestro elixir secreto. Aunque es el último que vamos a descubrir… Habrá que salvaguardar algo de misterio. Se acerca a la mesa con el cóctel en la mano. Ella no es de las que esperan a que le lleguen las cosas. Sale a buscarlas. —Veo que vienes ya armada —le digo dibujando la sonrisa más borde que se me ocurre. Sonríe con suficiencia, deja su copa sobre la mesa y se acerca a besarme. —Sabes que no me gusta esperar… —Lo sé yo y bastantes personas más, por lo que me han comentado —contesto divertida. —Bueno, me alegro de que empiecen a aproximarse… —Me temo que les queda bastante por conocer de ti. —Tiempo al tiempo. No hay prisa —me suelta con un latigazo de sus iris verdes, mientras se acerca el Beso de Luna a los labios. Da la impresión de que va a beber, pero no. Cierra los ojos, como si de un ritual se tratase, se relame, anticipando el placer, y por fin deja que su boca se llene con una cantidad generosa del líquido amable. Me mantengo a la espera de la reacción, hipnotizada por su gesto concentrado, sensual, y de nuevo la veo entornar los ojos, hiriendo el atardecer con un parpadeo estremecedor. No soy capaz de articular palabra. —Dulce y excitante. Zumo natural de mango y manzana —revela modulando la voz, acariciando las palabras. Y luego habla de la voz de Sara… —Bien. Hasta aquí podemos leer… —Hasta aquí —repite sonriendo sutilmente. —Pero creo, además, que tú venías esta tarde a plantear un reto a tus seguidores… —Efectivamente. Tengo curiosidad. Me gustaría saber cómo me ven, y por eso quiero formular una pregunta. —Adelante. — ¿A qué actriz creéis que le darían mi personaje si se llevara esta saga al cine o a la televisión? —lanza enarcando una ceja. Ahí queda la provocación, vosotr@s diréis…

miércoles, 1 de septiembre de 2010

El ingrediente secreto de Carla

Ha comenzado septiembre, pero en el Beso de Luna nadie parece dispuesto a despedirse del verano. El local está a rebosar de gente absorbiendo los últimos coletazos de calor entre las pérgolas. La veo acercarse con aire discreto pero decidido. Siento el suave roce de sus labios en mi mejilla, pero lo que me subyuga, sin duda alguna, es su aroma. Ya no me acordaba. Carla y el azahar… —Compruebo que algunas cosas no cambian nunca —le digo con una sutil sonrisa al separarme de ella. — ¿Lo dices por el perfume?—me pregunta con un centelleo de malicia en sus enormes y arrebatadores ojos castaños. —No tenía idea de que te hubieras reencontrado con aquella misteriosa mujer de la tienda de París… —Ya me hubiera gustado… pero no, no lo he hecho. He descubierto otro perfume que se parece mucho, aunque no tenga los mismos poderes… —Bueno, si no tiene los mismos, los tiene similares…—le contesto enarcando una ceja. Carla se sienta frente a mí y cambia de tercio con maestría. — ¿Te has pedido un Beso de Luna? —Sí. ¿Quieres uno? —le pregunto mientras busco con la mirada a la camarera. Ella capta al instante la mirada de una a lo lejos, lo que no me extraña lo más mínimo, y le hace una señal. En dos segundos se planta ante Carla con una actitud irrefutable. Está claro que le serviría lo que hiciera falta…aunque tuviera que ir a buscarlo a Saturno. Sin embargo ella finge ignorar las reacciones que provoca a su alrededor, comportándose con la austeridad más absoluta. La camarera se aleja rauda para conseguir su copa. —Por cierto, ¿qué tal con Alejandra? —Totalmente enamorada —contesta sin poder evitar que una sonrisa enorme le atraviese la cara. —Lo entiendo —contesto adhiriéndome a su discreción—. Por cierto, Mel estuvo aquí el otro día y nos reveló el primer ingrediente secreto del Beso de Luna. Creo que tú podrías decirnos algo más… En ese mismo instante la camarera solícita deja el cóctel en la mesa junto a Carla y desaparece, no sin antes obsequiarle con una mirada perlada de ofertas evidentes. Ella se lleva la copa a los labios, los humedece apenas y cierra los ojos echando la melena hacia atrás. Todo un espectáculo que electriza el ambiente. —Tan solo una palabra —dice cruzando las piernas de forma magistral, mientras entorna los ojos enigmáticamente. —De acuerdo. —Vodka. —Nos vamos acercando un poco más a nuestro cóctel seductor…—contesto brindando con ella, consciente de las envidias que despierto en este preciso instante. Compartir un Beso de Luna con Carla, en esta cálida noche de un verano que no quiere terminar nunca…

sábado, 21 de agosto de 2010

Mel nos desvela un pequeño secreto

Esta tarde el Beso de Luna está inusualmente poco concurrido. Todavía es pronto para que la gente se acerque en oleadas a disfrutar de su noche estival junto al mar. No es casual. Me he citado a propósito temprano con Mel para poder hablar un poco más tranquilas. No os he contado que en las últimas ocasiones en que me he reunido aquí con nuestras amigas cada vez más personas se agolpan curiosas cerca de nuestra mesa. No se lo reprocho. Nuestras chicas se están haciendo populares y además es difícil que pasen desapercibidas… Mientras la espero, observo de cerca mi copa. Me encanta su color. Antes de rozar el líquido con los labios, aspiro su aroma con los ojos cerrados. Construye promesas de terciopelo en la boca. Ahora sí, despacio, dejo que el Beso de Luna resbale por mi lengua y excite mis papilas gustativas. Vuelvo a cerrar los ojos. Así es más intenso… — Hola. ¿Te he pillado disfrutando? —me pregunta Mel con una sonrisa divertida en la cara. —Totalmente —contesto riéndome con ganas. —No me extraña. Voy a pedir uno. Mel se levanta y se dirige con garbo hacia la barra más cercana. La observo mientras se aleja y no puedo dejar de pensar en el pedazo de figura que conserva pese a su edad... Aunque claro, depende de cómo se mire, todavía es joven… Y esa melena corta y despeinada con mechones rubios que recuerdan al trigo en verano… —Bueno, ahora ya puedo disfrutar contigo—me suelta seductora. Un centelleo juguetón baila en su iris ambarino, casi dorado con esta luz. La observo mientras se lleva el cóctel a los labios. No puede evitar cerrar también los ojos mientras paladea su elixir, porque en eso se ha convertido nuestro Beso de Luna: en un elixir misterioso de propiedades desconocidas… — ¿Sabes que hay mucha gente ansiosa por conocer los ingredientes secretos de lo que estás saboreando ahora? Aunque claro, les gustaría mucho más probarlo directamente de tu boca…—le digo con una mirada maliciosa devolviéndole la broma. —Ya…—se ríe— Espero que no te oiga Carla… —Carla tiene clarísimo las pasiones que despiertas. No va a poder evitarlo… —Bueno, ya está bien de meterte conmigo. Creo que he venido para desvelar una parte de nuestro pequeño secreto… —Efectivamente. Vamos a hacer una primera aproximación a nuestro anhelado cóctel. —Vale. Allá va. Hielo picado y licor de coco para empezar… —Pero solo para empezar… Con una mirada traviesa agarra su copa y se lleva a la boca, de nuevo, un buen sorbo refrescante e inspirador. — Por cierto, ¿en casa todo bien? —pregunto sorprendiéndola un poco. —Sí, todas bien —contesta enigmática—. Por ahora, la paz perdura tras la pared…

jueves, 12 de agosto de 2010

Sara tras la pared

Compartimos con ella hace tiempo una tarde apacible en el Beso de Luna. Era nuestro personaje sorpresa, una incógnita que hoy se ha hecho carne ante much@s de vosotr@s, y nunca mejor dicho…
Hoy nos reunimos de nuevo en nuestro paraíso particular. —Hola Sara —le digo exhibiendo cierta sonrisa que a ella le incomoda un poquito. Su piel acaramelada sube de tono a la altura de los altos pómulos. Le ocurre a menudo. Juguetea con su Beso de Luna entre los dedos, girando la copa lentamente mientras descansa su mirada limpia sobre la superficie del líquido. Enseguida levanta la vista hacia mí y puedo recrearme en la intensidad de esos ojos casi negros enmarcados por un bosque de pestañas larguísimas. Es fascinante el contraste con la nitidez del blanco del ojo, como nieve recién caída. Sara posee una belleza exótica. —Hola —contesta suavemente antes de aproximar su copa a unos labios carnosos y entreabiertos que una no puede dejar de mirar hipnotizada… —Me temo que lo que tanto temías ya ha ocurrido… Separa el cóctel de su boca despacio y me lanza una sonrisa tímida. —Ya me imagino. —Ahora todo el mundo quiere saber un poco más de ti, de lo que vas a hacer a partir de ahora. —Ni siquiera yo lo tengo muy claro. He tomado varias decisiones contundentes en mi vida, tú lo sabes. Es increíble lo difícil que resulta acostumbrarse a su voz aterciopelada, tan arrebatadoramente sexy como contrapunto a su retraimiento natural. Si la pudierais escuchar entenderíais perfectamente a Patricia… — ¿Te arrepientes de alguna de ellas? —pregunto sobreponiéndome al embrujo de su calidez. —En absoluto, pero sí tengo añoranza de cosas de mi pasado. Han ocurrido cambios tan radicales en mi vida… —Quieres decir que tu situación actual puede volver a modificarse en un futuro no muy lejano... —Yo no he dicho eso. Ahora estoy muy bien, pero sabes que siempre existen huecos en el camino de una persona, deseos que no son fáciles de llenar. —Cierto. Pero hasta ahora parece que tú los vas cubriendo bastante bien. Inevitablemente, vuelve a sonrojarse, pero yo continúo a la carga. — Podría decirse que tú has salido no de uno, sino de varios armarios a la vez. ¿Cómo te sientes ahora? —La verdad es que no quiero pararme a pensar, todavía me invade el pánico cuando me despierto por las mañanas y me pregunto dónde estoy. Tengo bastante con eso—contesta volviendo a retirar su mirada de mis ojos para sumergirla de nuevo en el fondo de la copa. —Tanto yo como muchos de tus seguidor@s desearíamos que no echaras a correr… — Intentaré no hacerlo, pero no puedo prometer nada…—contesta alzando la vista para enfrentarse de nuevo a la sonrisa divertida que se dibuja en mi cara. No os preocupéis. Intuyo que todavía tendremos a Sara un tiempo entre nosotr@s.

martes, 3 de agosto de 2010

Ana Satchi entrevista a nuestras chicas en el Beso de Luna

Esta tarde hace un calor abrumador. El jazmín se enreda en el subconsciente haciendo aflorar deseos ocultos. Y huele a mar… Los Besos de Luna pasan volando en las bandejas ante nuestros ojos. Y hoy son muchos los ojos ávidos en nuestra mesa habitual. Mel, Carla, Patricia y Sara esperan conmigo a que llegue Ana Satchi, la magnífica conductora de InOutRadio. Los nervios se palpan en el ambiente. Mel se pasa la mano compulsivamente por el pelo apartando sus mechones pajizos hacia atrás. Carla dirige sus ojos inquisitivos al contenido del cóctel que sostiene en la mano con expresión concentrada, como si fuera una pócima secreta. Patricia balancea una pierna larguísima que permanece cruzada sobre la otra, mientras su mirada esmeralda se pierde en el borde de los dedos, jugueteando con un rizo de Sara al tiempo que ésta mantiene los ojos fijos en su regazo, en el que sujeta su Beso de Luna como si de un tesoro se tratara. —Ya no debe tardar —les digo mientras me inclino hacia la mesa para agarrar mi copa—. Ana os va a encantar. Es una mujer muy interesante con una voz realmente cautivadora— añado mientras hago un guiño cómplice a Patricia, quien, como algunas sabéis, es especialmente sensible a determinadas voces… — ¿Sabes lo que nos va a preguntar? —inquiere Mel dando un sorbo a su bebida. —No tengo ni idea, pero imagino que algo que ayude a vuestros seguidores a conoceros mejor. De todas formas, algunas de vosotras ya tenéis experiencia en saliros por la tangente…—le contesto con una sonrisa malévola. —Espero que nos salves si nos hace alguna pregunta muy comprometida…—sugiere Patricia con un brillo provocador en los ojos mientras se lleva su copa a los labios. —Contestaréis solo a lo que queráis, sin compromiso. Del resto me encargo yo…y eso va sobre todo para ti, que se que te incomodan estas situaciones…—añado dirigiéndome a Sara que me mira con las mejillas encendidas. Interrumpe la escena la música de un móvil. Es el mío. — ¿Sí?... Vaya, te estábamos esperando, teníamos ganas de verte… No, no pasa nada, lo hacemos por teléfono. Espera —aparto el móvil y me dirijo a nuestras amigas —Bueno chicas, Ana ha tenido un contratiempo y le ha sido imposible venir. Nos propone hacerlo por teléfono. —Por mí, sin problema —dice Mel. Sara parece relajarse de repente. —Nos hubiera gustado conocerla en persona, pero qué le vamos a hacer… —añade Carla. —Pero dile que nos debe una visita…— apunta Patricia, seductora. —Bueno, pues adelante, entonces. Ana —vuelvo a ponerme el móvil en la oreja—, cuando quieras empezamos. Voy a poner el manos libres para que te escuchen.
Para descubrir lo que contaron nuestras amigas pinchad en el link siguiente:

martes, 13 de julio de 2010

Patricia Tras la pared

Después de besarme se sienta ante mí con una sonrisa resplandeciente, mostrando unos dientes blanquísimos en contraste con el bronceado intenso de su piel. El rubio de su melena parece haberse aclarado unos grados. — Hola de nuevo —le digo contestando a su sonrisa con la mía—. Intuyo que has pasado unas cuantas horas bajo el sol… —Sabes que he pasado unos cuantos días bajo el sol. Tú me mandaste allí —me replica provocadora. —Pues te ha sentado muy bien. Estás muy guapa. Y un poco más delgada. —Bueno, las circunstancias por las que he pasado han ayudado bastante…—contesta riéndose con ganas. Capto la mirada de una de las camareras y le guiño un ojo. A los pocos minutos aparece con dos Besos de Luna en la bandeja. — ¿Qué es? —pregunta Patricia acercándose la copa helada a la boca. —La especialidad de la casa —contesto dando un placentero sorbo a mi bebida. —Mmmm. Realmente bueno… —susurra pasándose la lengua por los labios. —Se de alguien que hubiera dado cualquier cosa por ver lo que acabo de presenciar —le digo entornando los ojos mientras la observo con una sonrisa maliciosa—. Sobre todo después de haber leído Tras la pared… — ¿Tú crees? —me lanza intentando fulminarme con sus devastadores ojos verdes. —Ni lo intentes… sabes que conmigo no tienes ese poder —le replico riéndome y ella me sigue en la broma—. Pero, en serio, no sabes la cantidad de comentarios que me han hecho sobre tus escenitas en esta historia… —Si es así, me alegro mucho de haberles hecho disfrutar, aunque la gran culpable siempre serás tú. —Gracias. Espero complicarte la vida mucho tiempo. Creo que les gusta. —Bueno, ¡intentaré estar a la altura! —Tú siempre lo estás…—le contesto mientras rozo suavemente mi copa con la suya. Es una promesa…

viernes, 25 de junio de 2010

Mel tras la pared

Es un viernes de finales de junio, lo que otorga al Beso de Luna un aroma especial. Huele a mar, a crema hidratante para después del sol, a cuerpos bronceados, a relax… La sensualidad se corta en el ambiente. Mel aparece por el camino irradiando luz propia. Vestida toda de blanco, color que le encanta como ya sabemos, se aproxima exhibiendo un bronceado envidiable. Está guapísima. La miel de sus ojos se derrama por el local al extender su mirada pensativa mientras se acerca a la mesa. —Hola. ¡Cuánta gente hoy! Se acerca y me da dos besos. Se nota el hambre de verano —contesto sonriendo. Esta noche he abandonado el vino y me he lanzado a saborear un Beso de Luna casi helado. El calor, en todas sus vertientes, comienza a apoderarse del ambiente. La simbiosis mágica y oculta de sus ingredientes alivia y provoca a un tiempo. —Creo que voy a pedir uno también. La verdad es que esta noche apetece… —me suelta con una mirada revoltosa. Con un ligero alzamiento de mi copa hago una súplica muda a la camarera que se encuentra a unos metros de nuestra mesa. Lo ha entendido a la perfección, porque tras breves instantes aparece con un nuevo Beso de Luna sobre la bandeja. Mel coge el cóctel y atrapa entre sus labios la pajita con rapidez. Mientras saborea el elixir cierra los ojos y disfruta. Se le nota el placer en cada poro. —Está rico… —Buenísimo… —Bueno, Mel, ¿puedo preguntarte qué tal tras la pared? —En realidad más que tras la pared esta vez me has puesto contra la pared… — ¿Decisiones difíciles? —Dificilísimas, pero lo que no sabía es que una vez tomadas lo peor estaba por venir… —Mea culpa. —Sin embargo no todo es malo, también descubro algo maravilloso… —Y hasta aquí podemos leer… —le corto guiñándole un ojo. —Es cierto. De todas formas, en muy pocos días descubrirán de lo que estamos hablando… —me dice jugueteando de nuevo con la pajita entre los labios.

viernes, 18 de junio de 2010

Tras la pared

Una semana más, o diez días... y volvemos a bucear en la vida de nuestras amigas. Os espero en el Beso de Luna para celebrarlo.

jueves, 10 de junio de 2010

Álex otra vez

Esta vez no me dejo sorprender y espero en nuestro rincón desde hace varios minutos. Me relajo envuelta en la música y las fragancias del local. Acaban de encender los velones y llega hasta mí el aroma de la cera mezclado con el olor a mar que me acerca la brisa. Todavía faltan diez minutos para mi encuentro con Álex. Y efectivamente, llega con antelación a la cita, regalándome una mirada extrañada desde sus ojos oscuros e intimidadores. — ¿Llego tarde? —me pregunta mirando su reloj. —En absoluto —le contesto con una sonrisa—. En esta ocasión he sido yo la que se ha anticipado. Como te conozco, no he querido que esperaras sola. Toma, prueba esto. Dejo resbalar por su copa un poco de vino. Álex, desconfiada, agarra la botella, saca de su bolso unas gafas de diseño que, por cierto, le dan un aspecto mucho más interesante, y se dispone a analizar de cerca la etiqueta. Convencida, por fin, vuelve a dejar el vino sobre la mesa mientras me lanza una sonrisa de aprobación, llevándose inmediatamente la copa a los labios. Esta vez he elegido Pago de los Balagueses-Syrah, de las bodegas Vegalfaro de Utiel. Un surtido de sabores a monte bajo, hinojo, frutas maduras, cereza, moras…se deslizan en la boca para disfrutarlos despacio. —Bueno, ¿de qué quieres que hablemos esta vez? —pregunta relamiéndose. —Podías contarnos cómo te ha sorprendido la vida en Tras la pared. —Realmente han ocurrido cosas que no me esperaba en absoluto…—contesta con un brillo especial en los ojos. —Y sobretodo cierto suceso que te negabas a creer. —Todavía no acabo de creérmelo, ¿sabes? Es tan extraordinario y emocionante… —Y la fuente de una nueva disputa con Mel… —La verdad es que, echando la vista atrás, he sido injusta con ella. Ahora sé por lo que debió pasar. — ¿Y tú cómo estás? ¿Te vas por fin con Marcello? — ¡Ahora ni pensarlo! No puedo dejar sola a Carla con todo esto… —Bueno, no creo que debamos aumentar el nerviosismo de l@s amig@s que están pendientes de nuestra entrevista, así que será mejor que dejemos de hablar de estas cosas—le digo riéndome. —No te preocupes por eso, les queda poquísimo para dejar de sufrir. Tras la pared está a punto de salir a la calle, ¿no? —En pocos días, aunque no creo que eso signifique que van a dejar de sufrir…—contesto sacando mi sonrisa más maliciosa. —Es cierto, alguna que otra va a morderse las uñas…—se ríe conmigo.

domingo, 16 de mayo de 2010

De nuevo Carla

A medida que pasa el tiempo su belleza se torna más espectacular si cabe. Hay algo nuevo en ella que pronto descubriremos, y que le otorga una madurez seductora. Le lleno la copa de un vino que sé que le encanta y se la lleva a los labios con sed, casi con deseo. Esta vez nos estamos regalando los sabores intensos y aromáticos de la fruta madura, del eucalipto, de las especias que encierra el Solar de Samaniego crianza 2005. Excelente vino de esa Cofradía de la rioja alavesa. Mientras observo a Carla cerrar los ojos y saborear con intensidad su copa, pienso que ya hace la temperatura adecuada en el Beso de Luna para empezar a descubrir en todos los ojos el placer del verano que se aproxima. —Parece que te gusta…—le digo con una sonrisa melosa. —Sabes cómo alegrarme el día — me contesta relajada y satisfecha. —Hace tiempo que la gente me pregunta por las nuevas aventuras en las que te vas a ver involucrada en Tras la pared. ¿Piensas que la espera valdrá la pena? —Por supuesto. Te las has arreglado para complicarme bien la vida… —me contesta con una sonrisa maliciosa. Sus ojos oscuros brillan con una fuerza aturdidora. —No te habrás enfadado conmigo… —Sabes que no puedo —dice seductora. — ¿Y con Mel? —le lanzo levantando una ceja. —Bastante, para que nos vamos a engañar… —Bueno, pero nada que no pueda arreglarse, imagino… —Tú lo sabes mejor que nadie —contesta con mirada cómplice. Una ráfaga de viento suave me trae su perfume, que sigue hiriendo como una llama encendida en el subconsciente. Bendito azahar…

miércoles, 5 de mayo de 2010

Personaje sorpresa

Tiene una forma grácil de caminar, como evitando hacer ruido. Aunque ella busca pasar desapercibida, es imposible no fijarse en su cuerpo menudo y bien formado, la piel acaramelada, la mirada limpia, los labios carnosos, el pelo negro azabache con algunos rizos que acarician apenas los hombros. Me besa con cierta timidez y se sienta frente a mí. — ¿Te atreves con una copa de vino? —Un poquito solo, que se me sube enseguida a la cabeza— me dice dulcemente exhibiendo cierta variación del tono de sus mejillas. Su voz es algo que no puede pasarse por alto: aterciopelada, sensual… Otro motivo que dificulta su objetivo de mantenerse en segundo plano. Lleno su copa y observo como se la lleva a los labios. Espero que le guste este Trilogía de la bodega Los Frailes, de Fontanars del Alforins. A mí me encanta su sabor a fruta madura con notas tostadas. —Siento que no podamos desvelar tu nombre, ni muchas otras cosas…—le digo regalándole una sonrisa. —Bueno, ya no falta tanto para que me conozcan... — ¿Te gusta tu participación en este segundo libro? —La verdad es que lo he pasado bastante mal y bastante bien, depende de cómo se mire —contesta sonrojándose intensamente. —Bueno, nuestros lectores juzgarán. No sé por qué, pero creo que vas a encandilar a más de una… Apurada, agarra su copa y vuelve a dar otro sorbo a su vino. Parece que le gusta, después de todo. —Lo que sí podemos revelar es que en esta segunda aventura tu vida dará un vuelco desde el principio y le pondrás las cosas muy difíciles a cierta amiga nuestra... —Pues sí... —me dice sonriendo. — ¿Piensas quedarte mucho tiempo entre nuestras amigas? — Creo que eso no debería contarlo ¿no? —Tienes razón, perdona —le digo riéndome. Es realmente encantadora y sexy, lo comprobaréis muy pronto. Tras la pared se publica en junio. Ya falta menos…

viernes, 30 de abril de 2010

Imágenes de la Fira del Llibre de Valencia

Hace ya bastantes años que paseo con mirada embelesada por las casetas de la Fira del Llibre de Valencia emplazada en uno de los Jardines más emblemáticos de la ciudad: los Jardines del Real llamados popularmente Jardines de Viveros. Recorrer con admiración las filas ordenadas de libros e imaginar el goce que supondría absorber lo que esconde cada una de sus cubiertas es una de las cosas que siempre me ha fascinado. Este año me he sentido afortunada de poder disfrutar del espectáculo desde dentro. Heide, el alma de Sidecar Libros Sobre Ruedas, me invitó a compartir una tarde maravillosa dentro de sus dos casetas, rodeada de libros, aspirando su olor indescriptible, ojeando sus páginas. De vez en cuando alguien se acercaba y me regalaba la satisfacción de encapricharse con No voy a disculparme, a lo que yo correspondía con una dedicatoria especial… Una experiencia casi religiosa. Os dejo algunas imágenes. Gracias Heide.

viernes, 23 de abril de 2010

Firma de Libros en Viveros

En estos días especialmente señalados para la leer y regalar libros, tenemos una cita en los Jardines de Viveros: La Feria del libro de Valencia. El próximo jueves 29 de abril, a partir de las 17:30 de la tarde os estaré esperando en las casetas 39 y 40 de Sidecar Libros Sobre Ruedas para regalaros una dedicatoria personal... ¡Última oportunidad para los que todavía no habéis conseguido la primera edición de No voy a disculparme! Y para los que ya lo tenéis en vuestro poder, ¡última oportunidad de regalar la primera edición firmada por su autora! Lugar: Jardines de Viveros Casetas 39 y 40 (al final a la derecha) de Sidecar Libros Sobre Ruedas. Día y Hora: Jueves 29 de abril a partir de las 17:30 horas hasta el cierre. Recordad que está a punto de salir Tras la pared, continuación de No voy a disculparme. Amigas y amigos: ¡hay que leer antes el primero! Un abrazo a tod@s. Os espero. Mila.

viernes, 16 de abril de 2010

Mel y Patricia

El fin de semana está cubriendo ya con su sabor el Beso de Luna. Se respira en las vibraciones del ambiente. Y no sé si os habéis dado cuenta de que es primavera. Aquí es imposible ignorarlo. El aroma del jazmín se introduce en nuestro cerebro acelerando las pulsaciones, iluminando los ojos con un brillo espectacular… El brillo que estoy admirando en estos momentos en dos pares de ojos embrujadores. —Hola chicas. Me encanta veros de nuevo por aquí. Nosotras somos las encantadas —responde Mel sonriendo seductora. —Mel tiene razón, esperamos siempre con ansia que nos cites aquí para algo, es muy estimulante —remarca Patricia con un destello pícaro en el sublime verde de su iris. —Un pajarito me ha dicho que estáis un poco nerviosas por las vicisitudes que la gente va a conocer en breve. —Es que queda tan poco… —dice Patricia echando su melena hacia atrás con un además nervioso. — ¿Te han dicho que se publica en junio, no? —pregunta Mel. —Eso parece. No os queda nada para que la gente sepa por lo que habéis tenido que pasar…—sonrío ahora con cierta maldad mientras bebo un sorbo de otro excelente vino valenciano: Falcata Casa Gran, de las Bodegas Pago Casa Gran de Moixent. El destacado sabor de la fruta negra madura con toques de regaliz revela la combinación de diversas variedades de uva mediterránea: garnacha tintorera, monastrell, shiraz… —No ha sido fácil —dice Mel saboreando su copa—. La verdad es que nos has puesto en una situación…que no me gustaría calificar. Ya verás cuando hables con Carla… —Y a mí podías haberme enviado un poco más lejos…—suelta Patricia con ironía sutil. —Bueno, no os quejéis, que no lo habéis pasado tan mal, después de todo —les contesto riéndome. —Eso lo tendrán que decidir nuestros lectores —replica Mel. —En breve lo sabremos. Por cierto, chicas, quisiera hacer un brindis. Es un día muy especial para dos amigas mías que se casan hoy. —Muy bien. Entonces, ¡por ellas! —exclama Patricia levantando su copa. El tintineo del cristal acompaña las sonrisas de las tres. Bebemos y nos deleitamos de nuevo con el elixir mágico de nuestras copas. —Nos volveremos a encontrar muy pronto para comentar lo que opina la gente de vuestra aventura, ¿qué os parece? —Esperaremos ansiosas, como siempre. Nos quedamos un poco más entre la intensidad del jazmín, el salitre del mar y el aroma de los velones que acaban de encender por doquier, para seguir comentando entre risas y reproches las experiencias que han tenido que sufrir nuestras amigas. Pero el contenido de esta conversación os está vetado por ahora... Pronto lo conoceréis. Tras la pared se publicará, si nada lo remedia, en junio. Sara y Ana Belén: ¡va por vosotras!

sábado, 10 de abril de 2010

Marcello

Él siempre llega antes. Tiene el aspecto de disponer de todo el tiempo del mundo... y probablemente sea cierto. Sentado entre almohadones blancos bajo los lienzos al viento que cubren la pérgola, tiene el aspecto de un galán salido directamente de La dolce vita de Fellini. Impecablemente vestido con pantalón blanco y polo azul marino a juego con sus cálidos ojos, Marcello tiene la apariencia de un hombre joven y atractivo, aunque sus sienes se mantengan nevadas desde hace tiempo… Se levanta en cuanto me ve, para eso es un caballero, y me coge la mano con suavidad para rozar sus labios en el dorso. — ¡Qué poca gente hace ya este gesto! —le digo mientras me aproximo para darle dos besos a mi estilo. —Ciao bellíssima! No he querido pedir nada porque sé que te gusta sorprendernos con algo excepcional. Me rio ante su comentario y me siento a su lado. —Tienes razón. He pedido un vino en honor a ti. Sé que tienes debilidad por el blanco ¿O me equivoco? —Tú nunca te equivocas con nosotros, cara —me dice con una sonrisa cómplice. —Hay mucha gente esperando saber cosas de ti. Por ejemplo ¿cómo conociste a Álex? — ¡Ah Álex…! ¡La maravillosa Álex! Fue el azar. —Nos tienes intrigados. —Fue uno de los primeros días que pasé aquí de vacaciones. Caminando por la calle la vi y me acerqué a preguntarle por una dirección. —Buena excusa… —No, es cierto. Estaba un poco perdido y buscaba el apartamento que había alquilado. Había salido a pasear y no acertaba a volver —se rió. En aquel momento interrumpió su historia la camarera aproximándose con la bandeja. Abrió la botella y sirvió a Marcello. —Pruébalo —le dije sonriendo, sabiendo de antemano que le iba a encantar. Se llevó la copa a la nariz, cerró los ojos y aspiró. —Tiene un aroma intenso, como a fruta fresca tropical y algo más…—me dice con los ojos brillantes de excitación. Acerca su copa a los labios y saborea el vino un instante. — ¡Fantástico! Vuelvo a reírme al observar su cara iluminada de admiración. La chica sirve el líquido amarillo con tintes verdosos en mi copa y puedo compartir también ese placer. Denso, untuoso, muy largo en boca. Impromptu, se llama. De bodegas Hispano-Suizas. —Nos estabas contando que te acercaste a Álex en la calle. ¿Te dio la dirección? —Sí, por cierto. — ¿Y? —Semejante belleza no la podía dejar escapar, así que la invité a tomar un café. — ¿Y aceptó? — ¡De ninguna manera! Pero yo ya averigüé que estaba en la puerta de su editorial, así que me hice el encontradizo varios días hasta que aceptó ese café. Y luego vinieron muchos más… —Imagino que no te sería fácil conquistarla… — ¡Cómo lo sabes! Es todo un carácter… —Veo que te gusta. — ¡Es la mujer de mi vida! — ¿Y qué tal con su hija? — ¿Carla? Un amor… y bellíssima como su madre. — ¿Vamos a conocer algún día esa magnífica casa que tienes en Italia? — ¡Ah, mi casa de Bracciano! Muy pronto, ya lo sabes, pero primero tendremos que descubrir algo Tras la pared… —Cierto, todo a su tiempo…

miércoles, 7 de abril de 2010

Premio "Genuino Blog"

Querid@s amig@s: hoy he tenido el placer de recibir una sorpresa muy especial por parte de una amiga en la distancia. Ella se llama Sara y me ha hecho el regalo de otorgarme un premio en su blog Aprendiz de todo... Se trata del premio Genuino Blog y supone un reconocimiento desde el corazón. Gracias, Sara, por tu regalo y sobre todo por lo que supone: que me sigues y lo disfrutas. El premio en cuestión no sería especial sin su característica fundamental: es contagioso como una sonrisa. Y como tal lleva una receta para su tratamiento: hay que seguir unas instrucciones precisas para poder disfrutarlo. A saber:
Primero: recibirlo con el calor que se merece.
Segundo: Crear una cita que tenga un significado especial y dejarla en el blog propio.
Tercero: Otorgar el premio a blogs amigos elegidos.
Bueno, pues sigamos la receta.
Muchísimas gracias: recibo tal honor con el corazón abierto y la energía regenerada.
Mi cita: "Si tengo que elegir entre los cinco sentidos, mis preferidos son dos: el sentido del amor y el sentido del humor."
Y aquí tenéis la relación de blogs amigos a los que otorgo ese premio genuino:

http://aprendizdetodomaestradenada.blogspot.com/

http://bloglaboralyrecursoshumanos.blogspot.com/

http://aquiagora-carlos.blogspot.com/

http://libreriacomplices.blogspot.com/

http://inoutradio.es/

http://www.losviajerosdelalma.blogspot.com/

Un abrazo : disfrutadlo y compartidlo

domingo, 4 de abril de 2010

Iván

Es un auténtico placer ver aproximarse a Iván con esa forma de andar casi felina. Sus expresivos ojos negros me miran sonrientes mientras se acerca para besarme. —Hola, guapo, ¿te apetece una copa de este vino o quieres otra cosa? —En cuestión de vino me fiaré siempre de tu criterio —me dice ofreciéndome su copa vacía para que le sirva— ¿Qué es? —Maduresa. Un vino serio, elegante. De las bodegas Celler del Roure. Te encantará—le contesto mientras lleno su copa—. Mantiene en perfecto equilibrio una mezcla de uvas excelentes: Syrah, Cabernet Sauvignon, Monastrell, Merlot y Petit Verdot. Y la sorpresa: tiene la virtud de haber recuperado una uva local prácticamente extinguida: Mandó. Lleva el líquido hasta sus labios carnosos y cierra los ojos un segundo. —Buenísimo, tienes razón. — ¿Y tú que nos vas a contar? — ¿Cuento lo básico? Soy de origen cubano, pero llevo más de ocho años aquí en España. Trabajo como fisioterapeuta y así es como conocí a Fran. Tengo treinta y dos años… Detiene la dulce cadencia de su acento para coger su copa y saborear otro sorbo de vino. — ¿Qué más quieres que cuente? Porque hasta ahora he pasado bastante desapercibido pero… —Ese “pero” lo puedes matizar, aunque solo un poquito, ¿eh? —Vale. Digamos que en un futuro voy a ser un poco más visible y que la gente se va a sorprender porque está acostumbrada a verme sosegado, dulce… —Sí, con ese cuerpazo puedes cambiar de registro, te irá bien—le digo riéndome. —Lo que pasa es que a Fran le gusto más así… — ¡A Fran le gustas de cualquier forma! Iván se ríe con un aire de timidez que aumenta su encanto personal. —Además creo que vamos a conocer de ti un secreto que hubieras preferido mantener guardado… —Bueno, no me gusta hablar de ello. Preferiría creer que ya no existe… Pero existe. Y lo conoceremos dentro de un tiempo, después de habernos asomado Tras la pared para aproximarnos a admirar un cuadro que nos va a llevar por el camino de la amargura, un Autorretrato con mar al fondo

domingo, 28 de marzo de 2010

Patricia

Esta vez sí. Nos debía una entrevista después de la encerrona del lunes pasado y ahí la veo aparecer para cumplir su promesa. Se quita las gafas de sol en cuanto me ve desde el camino empedrado del jardín que lleva hasta nuestro rincón, y sus cautivadores ojos verdes me sonríen. En esta ocasión aparece sin cubitera… — Hola de nuevo —me dice después de besarme. —Esta vez no te has traído a la tropa, supongo —le digo bromeando. —No. Hoy me he portado bien y vengo a charlar contigo y con los amigos que nos observan. Porque nos observan ¿verdad? —me pregunta sonriendo. —Bueno, creo que unos cuantas personas, por lo que me han dicho… En aquel instante viene una de las atractivas camareras del local y espera nuestro pedido. —Hoy hace bastante calor ¿Nos tomamos unas cervezas? —pregunto girándome hacia Patricia. —Por mí encantada —contesta apartándose la espesa melena rubia hacia atrás. —Vale, pues tráenos dos Voll-Damm. La camarera se marcha y nosotras continuamos con nuestra charla. —Me da la impresión de que mucha gente se quedó con ganas de conocerte un poco más después de tu aparición, ¿nos vas a contar cosas de ti? — ¿Por ejemplo? —Por ejemplo qué día naciste, si naciste aquí, qué haces para ganarte la vida… —Nací en Valencia un lejano 15 de diciembre de un año que no pienso comentar… —Me parece estupendo. —Como muchas personas saben, soy compañera de Eva en el bufete. —Por cierto, ¿qué tal con Eva? —Hasta ahora bien pero en un futuro… me parece que la cosa va a complicarse — me dice con un destello malicioso en los ojos. —No voy a hacer ninguna apreciación sobre eso — contesto riéndome. La camarera acaba de dejarnos dos cervezas heladas sobre la mesa. Agarro mi copa y observo la espesa espuma sobre aquel cuerpo denso y oscuro, y se me hace la boca agua. —Salud —decimos las dos al unísono llevándonos a los labios aquel líquido sabroso, amargo pero ligeramente dulce…o al revés. —Mmmm —se le escapa a Patricia con una cadencia sensual, mientras pasa la punta de su lengua por el rastro de espuma que adorna su labio superior. —Imponente ¿eh? Ya somos algunos amigos en esta secta —le digo mientras hago mi propio recorrido con la lengua. — ¿Y con Mel? —continúo, aprovechando la coyuntura. —Muy bien…—su sonrisa se vuelve aun más provocadora. —Vale —le sonrío yo también con complicidad— ¿Y ahora tu vida sentimental? —Muy complicada. Pronto se sabrá. Muy pronto… —Sí, porque me ha dicho un pajarito que vas a emprender un viaje misterioso y excitante en breve… —Tú lo sabes mejor que nadie —contesta divertida cruzando sus piernas larguísimas.
Y es que nuestra amiga espera ansiosa Tras la pared

domingo, 21 de marzo de 2010

Fiesta sorpresa

Nuestra cita de hoy, 22 de marzo, en el Beso de Luna se llama Patricia. Apenas me ha dado tiempo de acomodarme en nuestro rincón favorito cuando la veo aparecer con paso decidido y pienso que realmente es una mujer que no pasa desapercibida… Más de metro ochenta de estatura, larga melena rubia al viento, constitución fuerte y unos inmensos ojos verdes que desarman a cualquiera. Se acerca a mí, me besa y deposita en mis manos una cubitera con algo dentro. — ¿Y esto? —No has pedido aun, ¿verdad? —me dice provocadora. —No me has dado tiempo…—le contesto con una sonrisa. Dejo la cubitera sobre la mesa y observo gratamente sorprendida la botella en su interior. Se trata del Cava 24k de una bodega de Requena, Artesanos del Vino. Siguiendo la antigua tradición egipcia de introducir oro en los alimentos con el objetivo no solo de alargar la vida sino incluso de alcanzar la inmortalidad, esta bodega ha incluido en su cava polvo de oro de 24 quilates. Levanto los ojos de la botella y observo la cara divertida de Patricia. — ¿Pensabas que no nos íbamos a acordar? ¡Feliz cumpleaños! En aquel instante nuestra amiga se hace a un lado para dejarme ver el sendero por el que ya se acercan desfilando todos: uno a uno vienen hacia mí y me abrazan, me besan, me arropan. Aquí estoy, rodeada por Mel, Carla, Álex, Eva, Marcello, Fran, Iván, Patricia…y una persona más que todavía no puedo revelar… La camarera, que les venía siguiendo con una bandeja repleta de copas, hace los honores y descorcha la botella, sirviéndonos aquel elixir de vida. — ¡Por ti! —me reta Mel, con sus ojos dorados a juego con aquel brebaje extraordinario, dirigiendo su copa hacia mí. — ¡Por todos vosotros! —contesto a la vez levantando mi copa, mientras intento que no se note en mi voz la emoción que me atenaza la garganta. Saboreo el espectáculo: Eva con su sonrisa borde, María, a su lado, con sus cálidos ojos azules, Carla y Álex, derrochando la misma belleza mediterránea desde décadas distintas, Marcello, con su porte señorial y amable; Fran me mira con ojos de complicidad inteligente mientras su pareja, Iván, despliega una inmensa sonrisa blanca sobre un rostro moreno realmente atractivo. Y la otra persona, nuestra invitada aun secreta, de pie junto a Patricia, me lanza una mirada tímida y entrañable. Y entonces sí, entonces bebemos todos aquel elixir mágico que nos va a convertir en inmortales para siempre, saboreando las intensas notas de fruta con un final largo y persistente, como su objetivo…

domingo, 14 de marzo de 2010

María

La sensación que me provoca María mientras la observo acercarse a nuestro rincón es de ingravidez. Largos rizos castaños flotando al compás de sus pasos, camisola malva totalmente hippie bajo una chaqueta amplia de lana; pantalón ancho, suelto a la altura de la cadera… y una forma de caminar reposada, sensualmente envolvente. Luego despliega esa forma de mirar con sus ojos de un azul imposible y me quedo prendada de su paz para siempre. Nunca nadie diría que nació en 1964. Tiene un aire etéreo, como aterrizada directamente de los sesenta. Me levanto y me rodea con un abrazo que huele a coco y a canela. — ¿Qué tal?—me dice sonriente. —Esperándote impaciente. Sé que hay mucha gente que echaba de menos tu visita… Se acerca la camarera con una botella de Les Alcusses, vino de las bodegas de Celler del Roure, situada en la fructífera zona de Moixent en Valencia, y la deja en la mesa junto a dos copas. Lo disfruto a menudo porque tiene una personalidad propia formada por la unión equilibrada de uva de Monastrell, Syrah, Merlot, Cabernet Souvignon y Tempranillo. Ahí es nada. — ¿Te apetece otra cosa? —le pregunto mientras lleno su copa. —No, este vino me gusta —me contesta regalándome otra de sus sonrisas mientras se lleva la copa a los labios. Yo hago lo propio y me dejo llevar en un primer sorbo por los aromas de fruta madura con suaves notas de madera… Cierro los ojos, saboreando, y continúo. —No te voy a entretener mucho, porque sé que hoy tenéis una fiesta especial en vuestra casa… —Me encanta que me hayas invitado precisamente hoy. Lo tomaré como un regalo de cumpleaños. —Lo es. Felicidades cariño. De todas formas, sé que estabas estos días atrás bastante ocupada. —Sí, pero ¡ya lo he terminado! —La verdad es que tengo curiosidad por admirar cierto cuadro. Además sé que cuando la gente te conozca más, se morirá por verlo… —Imagino a qué cuadro te refieres y lo cierto es que tiene un significado muy importante para mí. —Para ti y para Eva… —Sí, sobre todo para ella. —Parece ser que nos reservas unas cuantas sorpresas para un futuro no muy lejano… —Sorpresas, disgustos, sustos… No querrás que siga… — ¡Ni se te ocurra! —Solo puedo adelantar que es un autorretrato. —Eso sí puedes contarlo. ¿Con mar al fondo? —Siempre. Autorretrato con mar al fondo. —Pero primero tendremos que adentrarnos Tras la pared. Dentro de muy poco. —Sí. Ahí nos esperan vivencias muy interesantes…—dice acompañando la frase con una sonrisa de lo más erótica. Observo como disfruta lentamente del vino, apura su copa sin prisa y sé que llega el momento de dejarla marchar. Debe asistir a su fiesta de cumpleaños.

jueves, 4 de marzo de 2010

Fran

No he tenido que esperar ni cinco minutos. Fran aparece sorteando la pérgola más cercana y va directo hacia mí. Me levanto de la mesa y nos abrazamos. Me regala su sonrisa más seductora y sus inteligentes ojos azules ríen también. Nos sentamos y señala mi copa. — ¿Qué vino disfrutamos esta tarde? —me pregunta. —Mira, lo voy a contar. Mucha gente me ha preguntado qué vino bebo habitualmente cuando quedo con vosotros. Acabo de decidir que a partir de ahora compartiré este dato para que todo el mundo pueda disfrutar del mismo placer. —Voy a por la camarera y le pido otra copa para mí. Se levanta ágil como un gamo y desaparece por el camino hacia la barra central. Fran posee una elasticidad natural que le otorga un aspecto muy juvenil, aunque su pelo rizado entrecano delata que nuestro amigo se acerca a los cincuenta… A los pocos minutos vuelve con una copa en una mano y una botella de vino en la otra. Las deja en la mesa y se sienta frente a mí. —Me ha dicho la chica que este es el vino que has pedido hoy y he hecho que me descorche una botella para llevármela puesta —se ríe. —Efectivamente —contesto cogiendo la botella para leer la etiqueta—. Se trata de un tinto fantástico de las Bodegas Hispano-Suizas. Se llama Bassus Pinot Noir, porque está elaborado con un 100% de esta uva. Para quien le pueda interesar, es un vino de la denominación de origen Utiel-Requena. —Y una sorpresa para el paladar —contesta Fran, que comparte mi pasión por el vino, tras servirse una copa y llevársela a los labios. —Bueno, estamos aquí para que nos cuentes cosas de tí. —Muy bien, pero no pienso decir mi año de nacimiento… —me dice dulce y seductor. —No hace falta —le contesto riéndome. —Soy del 18 de febrero. Acuario hasta las cejas. —Me han dicho que además de la Historia del Arte tienes otra pasión… —En realidad es la misma pasión. Iván es puro arte. —Doy fe de ello. ¿Dónde está ahora? —Trabajando. En este momento debe estar rehabilitando a alguien… —Algo que por lo visto se le da muy bien. —Se le da de miedo. Sólo tienes que mirarme. —La verdad es que te veo totalmente en forma. Y dejando aparte a nuestro fisio, ¿qué me cuentas de nuestras amigas? —Que te voy a decir. Las adoro. Cada una de ellas tiene algo que embruja. María, su encanto; Mel su carisma; Eva su desfachatez; de Carla me gusta su fuerza, tiene la altivez de su madre…; Patricia es deslumbrante, osada. Y en cuanto a Sara, rezuma una dulzura engañosa que esconde un tremendo coraje… —Creo que de Sara no deberíamos hablar hoy… —Es cierto, se me ha escapado —sonríe burlón, como un niño malo— Pero no voy a disculparme.

viernes, 26 de febrero de 2010

Aprendiz

Hoy he tenido el placer de compartir con Sara la experiencia sensorial de una copa de vino frente al mar en el Beso de Luna. Ella es la genial autora de dos blogs: uno profesional http://sarasanchezlopez.blogspot.com/ donde, como ella misma explica, se puede descargar y consultar su currículum vitae online y donde publica periódicamente noticias de interés actual económico, social, político, laboral, etc. Puedo dar fe de que es un blog muy interesante del cual extraer información realmente provechosa. El otro blog de Sara, el personal, se llama Aprendiz de todo…: http://aprendizdetodomaestradenada.blogspot.com/, desde donde expande su ingenio al mundo comentado todo tipo de eventos y situaciones variopintas. Como alguna vez le he comentado, no sé de donde saca tiempo y energía para compartir con nosotr@s tantas cosas. El caso es que hoy no he podido dejar de invitarla después de leer la entrada de su blog que, espero no le importe, reproduzco a continuación. Para aquell@s que os interese seguirla, tengo el blog enganchado en los enlaces del Beso de Luna. Solo me queda decir: gracias Sara. Mucho había leído sobre este libro, de hecho ya hablé de él en un post anterior y ya me estaba intrigando su lectura después de leer el blog de su autora Mila Martínez titulado Beso de Luna. De hecho tenía unos cuantos libros en cola de espera que no me permitían iniciar la lectura de "No voy a disculparme" pero he de decir sin duda que la espera ha valido la pena. Ayer mismo lo recogí de la librería donde lo había encargado y, mientras esperaba en la consulta de un médico que fui a visitar, empecé con su lectura y me atrapó de tal modo que tan pronto como llegué a casa comí corriendo para poder continuar leyendo la historia que se esconde entre sus páginas. No os la voy a desvelar, por supuesto, pero lo que si pretendo con este post es acercaros un poco más al libro y sobre todo dar a conocer mi opinión sobre este magnífico libro que he devorado en un solo día. Volviendo al tema, ayer mismo lo compré y esta mañana mientras desayunaba lo he terminado, la experiencia ha sido increíble, me he sentido realmente atrapada, en el buen sentido de la palabra claro, por este libro, me he sentido transportada al mundo que su escritora ha creado para ambientar la historia, ha sido una experiencia fascinante y que quería compartir con todo aquel que me lea. En pocas palabras es un libro elegantemente escrito y de lectura sugerente, un libro que crea a la perfección aquellos ambientes en los que discurre la historia de tal manera que da la sensación como si fueras una espectadora que tras las cortinas estás disfrutando de la historia, la estás viendo, la estás viviendo como si la tuvieras justo a tu lado, como si prácticamente pudieses tocar cada objeto que en él aparece, como si pudieses compartir los sentimientos de los personajes, es realmente un excelente trabajo por el que me voy a permitir elogiar y felicitar a su autora Mila Martínez y le voy a hacer un ruego, que pronto saque un nuevo libro porque me he quedado con ganas de más. Muchas de las escenas que en ella se narran me han recordado a escenas de mi propia vida, de mi propia experiencia con la que en breve será mi mujer, Ana. Me ha hecho recordar nuestro primer encuentro, nuestro primer beso y la primera vez que hicimos el amor, me ha recordado aquellos sentimientos tan agitados del principio de una relación en la que casi eres capaz de olvidar el respirar porque tu mundo está totalmente centrado en la otra persona. Gracias Mila por evocar en mí esos sentimientos que a veces quedan un poco aparcados en el pasado. Solo me queda ya darte mi más sincera enhorabuena por tu libro, Mila, y gracias por publicarlo y mostrarlo al mundo. Gracias a tí, Sara. Disfruta de este vino.