viernes, 24 de agosto de 2012

Alto voltaje en La daga fenicia


Roads de Portishead comienza a conquistar cada rincón del Beso de Luna, excitando nuestros recuerdos. En aquel momento se hace un silencio elocuente en el reservado, y a una de las tres mujeres que comparten mi mesa se le mueve perceptiblemente hacia arriba la comisura de los labios.
—¿Evocaciones? —pregunto, con una sonrisa malévola.
—Quizás —afirma Patricia.
Alcanzo a descubrir una huída al pasado reciente. Con la mano izquierda echa hacia atrás su melena leonada. Bajo la luz temblorosa de los velones, despide reflejos que viajan del dorado oscuro al castaño claro. En aquel instante, cualquier mortal suplicaría ahogarse en el estanque esmeralda de sus ojos.
Mel y Eva observan su reacción y me interrogan con la mirada.
—¿No os lo ha contado?
—Sabes que no. Pero intuyo que aún quedan restos de ella en algún camino perdido —responde Mel.
—O restos de alguien en su interior… —defiende Eva.
Patricia nos contempla y se lleva con calma la copa a los labios. No muestra ningún interés en confirmar o negar aquellas suposiciones.
—O las dos cosas —sugiero yo—. Lo que es innegable es que lo que habéis experimentado en La daga fenicia ha sido intenso.
—Sobre todo para algunas —afirma Eva, socarrona.
—¿Cómo calibrarías el contenido de esta aventura? —le pregunto.
Sobre todas nosotras sobrevuela el fantasma de una beldad de pelo cobrizo. Ella me lanza una mirada sagaz desde sus ojos oscuros.
—Creo que todas estaremos de acuerdo: ALTO VOLTAJE.
—Yo no lo hubiera expresado mejor —sostiene Mel.
Su cara se ilumina y se gira hacia Patricia como queriendo arrancarle una confirmación. Ésta le devuelve una sonrisa centelleante y después mira hacia el infinito.
Tan solo vosotrxs tendréis acceso a los recovecos de su mente. En La daga fenicia se desvelará todo…