Me coge de la mano
y sé que desde ese preciso instante mi voluntad queda anulada. No tira de mí
exactamente, es más bien un cosquilleo en la palma lo que me obliga a ir tras
sus pasos, con los dedos cosidos a los suyos, la piel en perfecta simbiosis. Desconocía
que el Beso de Luna tuviera aquella parte escondida, oculta a ojos profanos, a
la que ella me acaba de conducir. Me siento incapaz de reconocer si el espacio
es de dimensiones enormes o reducidas, tal es la oscuridad que reina en el
lugar. Ella susurra con voz profunda y vibrante “cierra los ojos” y yo me
estremezco sin comprender la necesidad de aquel gesto, pues parpadeo sin éxito
para librarme de la negrura que me rodea. No obstante, Iduna insiste.
—Cierra los ojos y abre la mente. Confía en
mí.
Como si pudiera hacer nada distinto, me digo,
sonriendo por dentro con el fin de desprenderme del temor que ha ido naciendo
en una parte rebelde de mi cabeza. Ella lo sabe, estoy segura, y en ese momento
aumenta la ligera presión en mis dedos. La minúscula acción me lleva sin
remedio a obedecer y es entonces cuando la siento dentro de mi cerebro
derramando imágenes que contemplo con los párpados caídos y los poros abiertos.
Uno tras otro van desfilando sus secretos por mi alma dejándola acolchada,
caliente, madura y hambrienta. Tras unos segundos, noto un leve impulso que me
conduce de nuevo al Beso de Luna que conozco, al olor de los velones y el
salitre, al suave compás de la música, a la luz acogedora de sus pérgolas.
Me suelta la mano y observo mi reflejo en aquellos
ojos grises moteados de misterio. Un soplo de brisa retira su melena caoba
hacia atrás, dejando la serenidad de la comprensión al descubierto.
Este encuentro que os narro ocurrió hace un
tiempo que, aunque no muy distante, a veces siento lejano, como si varios
siglos me separaran del inicio. Ella me incitó a contar su historia, aunque
siempre quedarán en lo más profundo de mi mente algunos secretos que me reservo
y acuno como un tesoro. Si os adentráis en La daga fenicia conoceréis aquello
que me fue permitido transmitir. En vuestra mano está descubrirlo. Espero que el
hallazgo otorgue una perspectiva especial al nuevo año que disfrutamos.