Dedicarme a cuidar de los demás ocupa la mayor parte
de mi tiempo.
Soy enfermera.
Rara vez pienso en mí misma, pero en este momento la
vida me ha sorprendido con algo que no esperaba, que ya no entraba en mis
previsiones.
El amor.
Un amor insospechado, loco. Una pasión desmedida que
no puedo ni quiero controlar.
Ni la lejanía de mis padres,
ni la falta de noticias de mi hermano,
ni las bombas cayendo, ni las consecuencias de esta guerra que constato día
tras día,
son capaces de amortiguar los latidos acelerados de
mi corazón
cada vez que te contemplo.
Mi enfermedad lleva tu nombre. Isabel.
En No basta
una vida nos conoceréis.