martes, 13 de julio de 2010

Patricia Tras la pared

Después de besarme se sienta ante mí con una sonrisa resplandeciente, mostrando unos dientes blanquísimos en contraste con el bronceado intenso de su piel. El rubio de su melena parece haberse aclarado unos grados. — Hola de nuevo —le digo contestando a su sonrisa con la mía—. Intuyo que has pasado unas cuantas horas bajo el sol… —Sabes que he pasado unos cuantos días bajo el sol. Tú me mandaste allí —me replica provocadora. —Pues te ha sentado muy bien. Estás muy guapa. Y un poco más delgada. —Bueno, las circunstancias por las que he pasado han ayudado bastante…—contesta riéndose con ganas. Capto la mirada de una de las camareras y le guiño un ojo. A los pocos minutos aparece con dos Besos de Luna en la bandeja. — ¿Qué es? —pregunta Patricia acercándose la copa helada a la boca. —La especialidad de la casa —contesto dando un placentero sorbo a mi bebida. —Mmmm. Realmente bueno… —susurra pasándose la lengua por los labios. —Se de alguien que hubiera dado cualquier cosa por ver lo que acabo de presenciar —le digo entornando los ojos mientras la observo con una sonrisa maliciosa—. Sobre todo después de haber leído Tras la pared… — ¿Tú crees? —me lanza intentando fulminarme con sus devastadores ojos verdes. —Ni lo intentes… sabes que conmigo no tienes ese poder —le replico riéndome y ella me sigue en la broma—. Pero, en serio, no sabes la cantidad de comentarios que me han hecho sobre tus escenitas en esta historia… —Si es así, me alegro mucho de haberles hecho disfrutar, aunque la gran culpable siempre serás tú. —Gracias. Espero complicarte la vida mucho tiempo. Creo que les gusta. —Bueno, ¡intentaré estar a la altura! —Tú siempre lo estás…—le contesto mientras rozo suavemente mi copa con la suya. Es una promesa…