jueves, 25 de julio de 2013

Entre las olas

Hoy el Beso de Luna nos mira desde el fondo. De algún dispositivo cercano surge la voz sensual de Tracy Chapman cantando Happy: “..should be happy to be loved, happy to be...”. Incorporada sobre un codo, utilizo mi mano como visera con el fin de admirar la deliciosa estampa de Patricia zambulléndose en el mar; un mar que hoy nos estimula con su mejor color esmeralda. Grandes gotas de sudor me resbalan por la piel bajo el castigo de un sol demoledor, que incide oblicuo y sin compasión en esta tarde tórrida de julio.
No muy lejos, Eva emprende una pequeña carrera, como una niña mala con aviesas intenciones. Sin duda alguna, adivino cuál es su objetivo; con un fuerte impulso enlaza a María por la cintura para hundirse con ella en el agua cristalina. Fran desvía un instante la libidinosa atención que estaba dedicando a los músculos cincelados de Iván, para sonreír ante la ocurrencia alocada de su amiga.
Por el rabillo del ojo descubro, a unos metros a mi izquierda, el gesto cargado de promesas de Carla hacia Mel, paseando la yema del dedo índice por el labio superior de su compañera, que yace en la toalla boca arriba a escasos milímetros de su silueta. Casi puedo vislumbrar el vapor surgiendo de los dos cuerpos atrapados en su íntima burbuja de placer. Para corroborar mi apreciación, la pareja no tarda ni un segundo en levantarse y correr cogidas de la mano hacia el mar.
No puedo dejar de fijarme en el grupo de mujeres hacia el cual va nadando Patricia. Las cuatro juegan como adolescentes sin prejuicios. Una de ellas está enfrascada en una lucha por derribar a la otra y hacerla caer al agua, encaramadas a los hombros de las otras dos jóvenes que las sujetan con una fuerza nada convencional.
Todos los seres a mi alrededor se entregan con deleite a este tiempo sin prisa, al lujo de unas horas que parecen transcurrir a cámara lenta, sabedores de que, en cuanto el verano abandone sus vidas, la experiencia de La daga fenicia les arrastrará fuera del anonimato.
Gozad del calor, del alivio del mar, del salitre, de la pereza sensual que acompaña a los días estivales. Yo también me voy a permitir el consuelo de estas aguas cálidas del Mediterráneo.
En un tiempo muy breve La daga fenicia acelerará el pulso en vuestras venas.


*La daga fenicia, que será publicada en otoño por la Editorial Egales, ha sido galardonada con el Premio Fundación Arena de narrativa LGTB (anterior Terenci Moix) en su VIII Edición.