viernes, 20 de noviembre de 2020

No estoy sola

 


Ni en mi habitación, ni cuando me pierdo entre hojas escritas, ni al recorrer senderos olvidados, ni rodeada de tanta gente que me abruma el ruido y me vuelvo hacia dentro, alojándome en el interior de mí misma.

Ni cuando sueño; ni siquiera cuando sueño estoy sola.

Pensé que sí, que existía un reducto al que nadie podía llegar, un espacio solo para mí. ¡Qué ilusa!

Me equivocaba.

El día que lo descubrí, el terror me envolvió como una manta. Huí a toda prisa, me alejé de ello refugiándome en lo cotidiano, me aferré a una realidad conocida; una realidad que se me escapaba de las manos.

Tan solo logré estamparme contra un muro insalvable. Debía aceptarlo.

Fue entonces cuando entendí.

Descubrí que tengo la fortuna de su compañía, que lo que va conmigo me arropa.

Me enseña el camino.

Me orienta.

Os lo mostraré, ya lo veréis.

Insurrectas está a la vuelta de la esquina.

Y yo, Miriam, viajo con ellas.