Hubo un tiempo en que la ciencia solía guiar mis
pasos.
Qué iluso fui, tratando de enjaular la vida
dentro de parámetros comprensibles.
No sé si abrí una puerta a lo desconocido
o lo desconocido vino a mí.
Solo sé que no sé nada y que nada quiero saber
si saber me trae el dolor,
lo indefinible,
el
terror.
Ahora anhelo lo cotidiano,
pero nada es sencillo.
Ya
nada es sencillo.