La realidad.
Ese extraño concepto, difuso y confuso, al que te agarras para no caer en el abismo, para no gritar hasta la extenuación.
Lo que tocas, lo que ves, lo que hueles, lo que saboreas, lo que
escuchas. ¿Es eso la realidad?
¿Y la piel que se te olvidó acariciar,
o el perfume lejano que hoy te
cuesta traer a la mente,
o la delicia que quedó prendida en tu paladar y ya nadie cocina,
o esa voz que ya no oyes al otro lado del teléfono?
Lo que sientes bien adentro,
lo que sueñas cuando duermes,
lo que anhelas cuando velas,
lo que duele si lo piensas…
¿Es eso real?
¿El pasado fue real?
¿Lo es el presente?
¿Es irreal el futuro?
Cuanto más lejos viajan nuestros recuerdos,
¿más se alejan de la realidad que fueron?
Tan segura estaba de la tierra que pisaba,
que no me di cuenta de lo
poco que veía.
Como quien mira a través de un estrecho tubo
y cree que el mundo se circunscribe
a ese diminuto círculo que percibe al otro lado.
Y entonces, me dormí.
Me dormí para despertar.
3 comentarios:
Querida Mila
Buena reflexión. Cada uno/a crea su propia realidad.
Realidad condicionada por lo experimentado, por lo aprendido... Pero también por lo libremente elegido (si se pude decir "libremente")
Siempre tan creativa.
Sigue dándonos sueños para viajar
Un abrazo enorme.
Asun
Querida Mila
Buena reflexión. Cada uno/a crea su propia realidad.
Realidad condicionada por lo experimentado, por lo aprendido... Pero también por lo libremente elegido (si se pude decir "libremente")
Siempre tan creativa.
Sigue dándonos sueños para viajar
Un abrazo enorme.
Asun
Qué bien saber de ti, Asun. Vive intensamente. Ahora el tiempo es solo tuyo. Un abrazo enorme. Te echaba de menos.
Mila
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