sábado, 5 de diciembre de 2015

Nadie duerme

Nadie duerme. Eso me cuenta Victoria. 
En mayo de 1937 Valencia es una ciudad insomne. La vida impera por encima del sonido de las alarmas, del ronroneo de los pipistrelli, la aviación italiana, de los estruendos casi diarios que se empeñan en romper la noche y las esperanzas. Los aparatos de radio vomitan noticias sin cesar, pero la gente traduce la guerra a su antojo, celebra antes de tiempo una victoria imposible.
Nada importa que las calles se siembren de uniformes caqui, los hospitales de heridos, la morgue de fantasmas; que los edificios se preñen de refugios, que los muros se vistan con llamadas recordando la proximidad de la contienda; a nadie extraña que el viento trasporte acentos distintos, lenguas inconexas. Las mentes huyen fácil de una realidad incómoda para volcarse en el placer inmediato.
 Un respiro, necesitan un respiro. Y Valencia se lo otorga, se lo entrega en forma de cines rebosados, de vodeviles nocturnos, de cafés clandestinos que cobran vida al alba.
Victoria me cuenta que la pasión atraviesa la casa de puntillas con kilos de contención y toneladas de audacia; una pasión que tiene miedo a permanecer, pero terror a esfumarse.
Y ella se rinde.
Es imposible luchar contra unos labios que tiemblan al no querer contar su historia, unas pupilas que muerden lo que la boca no puede, unos dedos que te queman sin siquiera tocarte.
Es imposible negarse a un corazón que arde.
Victoria lo sabe.

Mis noches en el Ideal Room lo encierra todo

4 comentarios:

eden dijo...

Después de mucho tiempo ausente, oigo la llamada que me devuelve a la vida de las letras, palabras que despiertan más que la curiosidad, la necesidad de volverte a leer mi querida escritora. Siempre eternamente agradecida.

Mila Martínez dijo...

La llamada precede al abrazo. Ganas de verte, querida Edén.

HuskySiberiano dijo...


Pero como no le va arder el corazón,si se me bebe el Vodka a palo seco.El corazón y el cuerpo entero le estará ardiendo.Me faltan emoticonos,pero te lo perdono jajaja.A cuidarse Jefa y abrazo de osa .

Mila Martínez dijo...

Pobrecita mía, las circunstancias mandan. Ya te pondrás en su lugar, ya... Besos, Belén.