Decisiones. La vida está llena de ellas. Nos
empujan, nos frenan, nos desvelan. Si tan solo hubiera un camino sería mucho
más sencillo… y nuestra existencia carecería de sabor.
Resulta curioso, pero las dos mujeres que me
acompañan tienen la mirada verde como el mar. Una me zambulle en la sensualidad
esmeralda de las olas cuando alcanzan a besar la arena blanca. La otra me arrastra
a las simas profundas donde el Mediterráneo esconde sus secretos. Dos matices,
dos formas dispares de sentir. Pero comparten mucho más que eso. Las dos se
plantean qué camino tomar: la certeza del regreso añorado o la aventura de un
futuro por descubrir.
—Buenas noches, Patricia ¿Ya conoces a Victoria?
—Eva me había hablado de ella, pero no había tenido
el placer hasta esta noche. Hemos estado charlando mientras te esperábamos.
—No sé si sabéis que tenéis mucho en común…
—¿Tú crees? —dice Victoria lanzándome un gesto
cargado de curiosidad.
—Después de vuestras respectivas vivencias creo que
las dos os estáis planteando la posibilidad de un retorno.
—¿Tú quieres volver a Eterna? —pregunta Victoria,
girándose hacia su recién adquirida amiga.
—La cuestión no es si quiero o no quiero. La
cuestión es que tengo que volver.
—Oh.
Victoria me mira con los ojos entornados.
—¿Qué has hecho? —me espeta, dulcificando su
acusación con una sonrisa malévola.
—Con el tiempo se verá —contesto en tono misterioso.
—¿Y tú, vas a volver a…? —comienza a decir Patricia,
pero no tengo más remedio que cortarla.
—Si te dejo continuar desvelarías demasiadas cosas,
lo siento.
—Sí, es cierto… ¿pero lo harías? —interpela a su
compañera. Parece tener verdadero interés en saber su respuesta.
—Es una pregunta muy difícil de contestar. Hay
demasiados sentimientos involucrados.
El verde forestal que tinta el iris de Victoria
se vuelve tan oscuro como sus pensamientos. Lo entenderéis todo en cuanto os
perdáis entre las páginas de Mis noches en el Ideal Room.
3 comentarios:
Bueno, no entiendo mucho este sistema, ni otros... Te decía que sí, que quiero volver a sentir la magia y el amor de "nuestros" personajes en Ideal Room, queremos que nos vuelvas a llevar a esa realidad mágica que describían tantos autores americanos y que tu, nos sigues presentando con Mel que existe y está ahí. Salud Mila. Ay la espera, seguimos aquí, a
Estoy desesando que nos dibujes esos caminos misteriosos de tus misteriosos personajes, porque nosotros, tus lectores, nos perdemos en las páginas, atrapados por la magia narrativa de tu buen hacer.
Un abrazo. Asun
Aunque la entrada dé pie a otra cosa, nuestras chicas de No voy a disculparme y de Mis noches en el Ideal Room solo se encuentran en el ambiente mágico del Beso de Luna. Gracias por esperar, amigas. Ya queda menos... Un abrazo a las dos.
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