martes, 23 de febrero de 2010

Álex

Recorro el camino empedrado que zigzaguea entre las pérgolas del amplio jardín mientras le echo un vistazo a mi reloj. Faltan cinco minutos para la cita, pero conozco a Álex. Efectivamente, cuando llego hasta nuestro rincón la encuentro saboreando una copa de vino blanco. Imponente, como siempre, con un traje de chaqueta negro, a juego con su cuidada melena hasta los hombros. Se levanta en cuanto me ve y me besa. Ahí están, mirándome intimidadores, los impresionante ojos castaños que ha heredado Carla. — ¿Llevas aquí mucho rato? —le pregunto mientras me siento frente a ella. —Diez minutos. Ya sabes que no me gusta llegar tarde. Se acerca la camarera y le pido mi consabida copa de vino tinto. — ¿Nos va a llevar mucho tiempo? He quedado en recoger a Marcello para cenar… —No te preocupes, nuestras amigas y amigos esperan únicamente saber algo sobre ti, lo que te puedas permitir contar… —Bien, nací en Valencia el 11 de noviembre de 1955, y aquí vivo por ahora. — ¿Por ahora? ¿Quieres decir que piensas marcharte? ¿Qué pasará con la editorial? —Sabes que mi trabajo ha sido siempre una de las cosas más importantes para mí, pero el futuro te puede deparar sorpresas… — ¿Relacionadas con Marcello? —Tal vez. El ha significado una segunda oportunidad en mi vida. Ya sabes que me quedé viuda muy joven. —Lo sé. ¿Y qué opina tu hija? —Quizás no debería contar eso, creo que sería desvelar demasiado… Además, Carla tiene sus propios problemas. —Sus propios problemas que siempre haces tuyos de alguna manera… —Soy su madre —contesta contundente. —Indiscutible —afirmo con una sonrisa—. ¿Y qué pasa con Mel? Mucha gente me pregunta si tu y ella… —Si ella y yo ¿qué? —Si hubo algo en el pasado entre las dos. —Ya estamos con eso. Sabes que la única que puede contestar esa pregunta eres tú —replica con una mirada maliciosa. —Cierto. ¿Alguna sorpresa en un futuro próximo? —Alguna que otra bomba puede estallar —contesta sonriendo por primera vez. —Bueno, intentaremos mantener la intriga…—digo lanzándole una sonrisa cómplice mientras saboreo mi copa de vino y respiro hondo, embriagándome con los aromas del mar cercano. No voy a disculparme es solo el principio…

7 comentarios:

M.E.Lovera dijo...

Bomba? que Bomba? cuando es que nos dan la alegría de leer el segundo? vas a acabar conmigo. besos.

Mª José G. dijo...

Muchas gracias Mila, sobre todo por esta generosidad tuya tan poco frecuente e innovadora de acercarnos tu maravilloso universo a través de este blog. Me parece genial que podamos contar con ese marco maravilloso que es el Beso de Luna donde tus personajes van descolgándose para mostrarnos, poco a poco, su forma de ser y sentir. Para las personas que hemos podido leer tu primer libro se nos hace más corta la espera con estas pequeñas charlas con nuestras amigas.

Mila Martínez dijo...

Muchísimas gracias a ámbas por vuestros generosos comentarios ¡Cualquier día nos tomamos algo en el Beso de Luna con alguna de nuestras amigas!

Anónimo dijo...

ALEX,ESPERO QUÈ NO TE LIARAS HACE AÑOS CON TU MEJOR AMIGA...A TU MEL NO LE HARÍA MUCHA GRACIA...ME ALEGRA QUE ESTE BIEN TU CHICO.TIENES UNA HIJA DE PM.
BESOS A TODAS Y SOBRE TODO A MILA POR ESTA FANTASIA TAN REAL.
(EL FISIO)

Mila Martínez dijo...

Ja,ja,ja... Besos para tí, "fisio"

Aprendiz dijo...

Me encantan tus post-entrevistas que haces a los personajes de No voy a discuparme, ahora que he leído el libro los leo desde otra perspectiva dejándome totalmente intrigada por como continuaá la historia.
Besos y sigue así, deleitándonos con tus post y tus libros.

Mila Martínez dijo...

Muchas gracias querida "Aprendiz". Intentaré entreteneros mientras pueda...
Un abrazo.
Por cierto, a mi también me gustan las ocurrencias de tu blog.