martes, 22 de abril de 2025

Pasado, presente, futuro

 


Hay quien piensa que hay derechos fundamentales que nunca cambiarán.

Ni siquiera con un gobierno ultraconservador.

Ni siquiera con un gobierno fascista.

A esas personas les pediría: leed, leed mucho.

Indagad en los libros de Historia.

Preguntad a vuestros mayores por un pasado no muy lejano.

Informaos de lo que está ocurriendo en el mundo actual, pero no por las redes sociales. Leed periódicos, id a bibliotecas.

Preguntad a las miles de personas que siguen buscando a sus familiares en las cunetas.

Preguntad a gente del colectivo LGTBI que vivieron durante la dictadura de Franco, incluso en la transición y un poco más adelante.

Preguntad a las mujeres mayores que tengáis cerca, preguntadles por los derechos que se les negaron, por la libertad que nunca alcanzaron, por el trato que recibieron de los hombres mientras la sociedad callaba.

Preguntad a vuestros abuelos y abuelas, a vuestros parientes más mayores.

O id más allá. Visitad países como Polonia y adentraos en los campos de concentración.

Las guerras que estáis viendo en televisión no son cosa de personas lejanas. De nada sirve mirar hacia otro lado.

No se trata de poder tomar una cervecita en vuestro bar preferido.

Ni siquiera se trata de conservar la dignidad, ni de poder amar a quien deseéis. Se trata de sobrevivir.

A aquellos que valoráis vuestra libertad, os digo que el pasado más negro ha regresado como una maldición a lo largo de la Historia.

Nunca aprendemos.

Así que leed, leed mucho antes de que os arrebaten los libros y los quemen, antes de que ni siquiera os permitan leer, antes de que, sin daros cuenta, os roben hasta el aire.

 

Por eso y por muchas otras cosas, he escrito No basta una vida.

No basta una vida es una historia de amor, un amor inmenso que sobrevive a todo; un amor que os hará palpitar. Pero también es el testimonio de un pasado muy cercano de nuestra querida Europa que nadie debería olvidar.

Os espero en las librerías.


martes, 18 de febrero de 2025

Valió la pena

 



Fue tanta la incertidumbre, el hambre, el miedo, el frío, el dolor.

Pero fue tanto el amor…

Valió la pena.

Todo.

Por ese primer instante en que me reflejé en tus pupilas.

Por la oportunidad de desvanecerme en tu boca.

Por cada rincón tórrido escondido en tus curvas.

Valió la pena la incertidumbre, el hambre, el miedo, el frío, el dolor.

Porque fue tanto el amor, que no basta una vida.

Por eso tú y yo sabemos que volveremos a hallar reflejos nuevos en los ojos, miles de besos en los labios, pasiones retomadas en nuestras curvas.

Infinitas vidas nos esperan. 

Y yo te buscaré.


No basta una vida llegará a vuestras manos este año.