domingo, 21 de enero de 2024

Mujeres Libres

 


Conocí la organización Mujeres Libres mientras estudiaba en la Universidad en Madrid. Lo primero que pensé fue: yo quiero estar ahí, quiero pertenecer a ese movimiento que propone un cambio radical en la vida de las mujeres.

La República representaba el escenario idóneo para ese cambio, para ese avance.

En Madrid conocí a una de sus fundadoras, Lucía Sánchez Saornil. De inmediato me dejé arrastrar por su temperamento, sus ideas y su carisma. La clave para nuestra emancipación estaba en la incorporación al trabajo asalariado en términos idénticos a los hombres.

Y luchamos, luchamos por ello, aunque no fue fácil. Nuestros compañeros anarquistas tenían claras las ideas, pero, en cuanto se metían en casa, trataban a sus mujeres de forma muy diferente. El patriarcado estaba marcado a fuego en su subconsciente.

Por eso, una vez trasladada a Valencia, mis compañeras de la organización y yo nos esforzamos en extender nuestras ideas y compromiso a través de la revista. Logramos mucho. En 1938 ya éramos veinte mil las integrantes de Mujeres Libres. Los éxitos fueron palpables, pero, al final, la guerra nos atropelló y los fascistas, los que atentaron contra el gobierno legítimo de la República, arrasaron con todo.

Me llamo Isabel y os cuento esto desde el exilio. No dejéis que vuelva a ocurrir. Defended vuestra libertad a fuego.

No basta una vida.


No hay comentarios: