domingo, 15 de diciembre de 2024

La memoria nos hace libres

 


Si olvidara todo lo experimentado en mi vida

no sería la que soy,

no podría transmitiros experiencias

que os servirán para vuestro día a día,

para vuestras decisiones,

para ser felices y hacer felices a quienes os rodean.

Sin memoria no hay seguridad,

no hay defensa posible ante los bulos,

ante la maldad,

ante las promesas falsas.

Escuchadme y juzgad.

Escuchadme.

Mi historia está aquí

para ofrecer un testimonio de la Historia,

de la Verdad de lo ocurrido,

de lo que no puede ni debe volver a ocurrir.

Escuchadme.

El amor es el motor que mueve el mundo.

El amor es la fuerza que supera al odio.

El amor nos salva.

Y la memoria, también.

 

Me llamo Dolores y os lo cuento todo en No basta una vida. 

En 2025 en vuestras manos.

lunes, 28 de octubre de 2024

A Isabel

 



Ojalá nunca más

las sirenas gritando,

la oscuridad en las calles,

aguardar una carta,

perdida la esperanza.

Ojalá nunca más

el hambre en la cabeza,

la mordaza en la boca,

vivir sin libertad,

la sangre derramada.

Ojalá nos amemos

con nuestras diferencias.

Ojalá convivamos,

la empatía brillando.

Ojalá para el odio

el oxígeno se ahogue.

Ojalá borre el daño

tu mirada valiente,

tu enorme humanidad,

la seda de tus manos.

 

Dolores.

(No basta una vida)

domingo, 21 de enero de 2024

Mujeres Libres

 


Conocí la organización Mujeres Libres mientras estudiaba en la Universidad en Madrid. Lo primero que pensé fue: yo quiero estar ahí, quiero pertenecer a ese movimiento que propone un cambio radical en la vida de las mujeres.

La República representaba el escenario idóneo para ese cambio, para ese avance.

En Madrid conocí a una de sus fundadoras, Lucía Sánchez Saornil. De inmediato me dejé arrastrar por su temperamento, sus ideas y su carisma. La clave para nuestra emancipación estaba en la incorporación al trabajo asalariado en términos idénticos a los hombres.

Y luchamos, luchamos por ello, aunque no fue fácil. Nuestros compañeros anarquistas tenían claras las ideas, pero, en cuanto se metían en casa, trataban a sus mujeres de forma muy diferente. El patriarcado estaba marcado a fuego en su subconsciente.

Por eso, una vez trasladada a Valencia, mis compañeras de la organización y yo nos esforzamos en extender nuestras ideas y compromiso a través de la revista. Logramos mucho. En 1938 ya éramos veinte mil las integrantes de Mujeres Libres. Los éxitos fueron palpables, pero, al final, la guerra nos atropelló y los fascistas, los que atentaron contra el gobierno legítimo de la República, arrasaron con todo.

Me llamo Isabel y os cuento esto desde el exilio. No dejéis que vuelva a ocurrir. Defended vuestra libertad a fuego.

No basta una vida.