A menudo nos envolvemos en la rutina, en una vorágine absurda que acaba generándonos la concepción errónea de la realidad. Quizás porque no conocemos otro camino o, tal vez, porque la comodidad de lo cotidiano nos aleja del miedo a perdernos por senderos desconocidos.
Esa rutina no nos deja pensar, nos impide abrir los ojos a detalles
que, posiblemente, lograrían que nos replanteáramos lo que estamos observando, lo
que estamos viviendo.
Pero un día eso cambia y sucede algo que nos separa lo suficiente de lo
que tenemos delante como para ofrecernos una perspectiva distinta.
Fue lo que me ocurrió.
Siempre me sentí segura con lo tangible, aunque mi formación y mi
pensamiento nunca cerraron la puerta a la comprensión de lo intangible.
Y lo intangible llegó a mí.
Y allí, en lo intangible, hallé el amor.
Lo que sí os digo es que tuve que dormir para poder despertar.
Me llamo Esmirna.
En mayo nos encontraremos entre las páginas de Despierta.
3 comentarios:
Milaa , se me va a hacer eterna la espera jajaja , mi primera sensación , que va a ser una gran historia , e impactante �� .Esmirna no lo había escuchado nunca la verdad, pero ya me he informado y me gusta jaja , pues nada a seguir esperando masss Gracias Genia !! ��
Milaa !! Se me va a hacer eterna la espera jajaja mi primera sensación es que va a ser una gran historia e impactante , Esmirna no lo había escuchado nunca la verdad , pero ya me he informado y me gusta me gusta jaja a si que a seguir esperando masss !! GRACIAS GENIA !!
¡Gracias a tí por estar ahí siempre! Un abrazo.
Mila
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