Estoy furiosa.
Iduna, desde su larga experiencia vital, me pide que
me tranquilice. He visto muchas cosas,
Patricia. Lo resolveremos.
Pero yo no me calmo. No soy capaz de entender, ni
mucho menos de consentir, el paso atrás que se vaticina.
No cabe un paso atrás en el derecho de las mujeres a
la igualdad.
No cabe un paso atrás en la seguridad física y
psíquica de las mujeres.
No cabe un paso atrás en el derecho a decidir sobre
el propio cuerpo y la propia identidad.
No cabe un paso atrás en los derechos de las
personas LGTBI
No cabe un paso atrás en el derecho a una sanidad y educación
públicas al alcance de todas las personas.
No cabe un paso atrás en el derecho a un salario
digno, a unas pensiones dignas, a una vivienda digna.
No cabe un paso atrás en la atención a la
dependencia.
No cabe un paso atrás en el respeto a los derechos
fundamentales de las personas, esos derechos que solo garantizan las
formaciones que no se posicionan en un bloque de derechas cada vez más
reaccionario; un bloque que todxs sabemos quién lo constituye. No hace falta
dar nombres.
¿Qué podríamos hacer?
Muchísimo. De hecho, solo está en nuestra mano.
Que no falte un voto en las urnas de aquellas personas que, como yo,
piensan que es indispensable respetar los derechos humanos. Que vuestros votos se alejen del bloque
terroríficamente reaccionario; del bloque que quiere retrotraer la
convivencia a los oscuros días de la dictadura.
NI UN PASO ATRÁS.