jueves, 24 de marzo de 2022

Carmen

 



Mi tiempo es limitado.

El futuro se difumina.

Observo cómo los ojos de mis hijos se pierden más allá de mí. Ya no soy el centro de sus vidas, el sostén de su existencia.

La rutina invade el espacio entre Nacho y yo como gelatina espesa que no logro traspasar.

A través de ese muro es difícil mirarse.

Y, entonces, 

en el momento exacto en que no sé si decido tirar la toalla o si es la toalla quien desea volar lejos de mí,

sucede.

Una bocanada de oxígeno.

Un fulgor olvidado.

Un recuerdo que se vuelve real.

Todo lo real que conozco.

La realidad, esa incógnita.

Pero quiero vivirla.

 

Mi nombre es Carmen.

Nos vemos en Despierta.