No creáis que ha sido fácil concertar esta cita.
Lograr que dos mujeres excepcionales abandonen Eterna para acudir al Beso de
Luna y que, además, vengan a contarnos algunos secretos, creedme, no sucede todos
los días. No obstante, he conseguido arrancarlas de sus responsabilidades, de sus
escarceos en el lago, de sus escaladas temerarias, del escurridizo sweetball…
Hilda y Hebe, pareja declarada, están aquí.
—Os agradezco muchísimo que hayáis venido. Ya sé que
cada vez que salís de la ciudad aumentan los riesgos de que os descubran, de no
poder regresar…
Hebe, la mujer de rasgos exóticos — mitad indios,
mitad orientales—, juguetea con su copa de vino mientras piensa en lo que ha de
responder.
—Bueno, en realidad han cambiado algunas cosas…
—¿Algunas cosas? ¡Ha habido una auténtica revolución
en nuestra vida! —se adelanta Hilda, la valkiria rubia de ojos cristalinos.
—¿Solo en vuestra vida? —me aventuro a preguntar.
—No, en la nuestra y prácticamente en la de todas
las ciudadanas. Me atrevería a decir que incluso en el resto del mundo. Lo que ha
ocurrido en Regreso a Eterna va a
influir en mucha gente —responde Hebe, apartando la melena oscura de su cara
con la mano.
—Como dirían en La
guerra de las Galaxias, ha habido una conmoción en la fuerza —ríe Hilda.
—Y a vosotras os ha pillado de pleno.
—Podía haber sido peor —declara Hebe.
—Digamos que hemos pasado momentos complicados, pero
también muy excitantes. Han ocurrido muchísimas cosas que me encantaría compartir,
pero ya sabes que no puedo, así que solo voy a decir que esta aventura va a ser
difícil de olvidar —interviene Hilda.
—No puedes revelar datos concretos de esta historia,
pero si podrías dar una pista, hacer un guiño, algo que pueda resumirse en una
sola palabra. ¿Qué te parece?
—¿Una sola palabra? —pregunta Hebe entrecerrando los
ojos.
—¡Gubla! —suelta Hilda sin pensar.
—Gubla… perfecto. ¿Y tú qué dices, Hebe? ¿Cuál sería
la tuya?
—Norma.
—Comprendo.
Las dos observan su copa y una chispa telepática
provoca que la apuren al unísono de un solo trago. Yo las miro y sonrío.
Gubla y Norma.
¿Cuál será la primera palabra que os venga a la
mente cuando leáis Regreso a Eterna?
Con el tiempo la descubriréis y os pediré que la compartáis conmigo.
2 comentarios:
Complicidad... Saludos Mila Martinez.
¡Mucha complicidad! Un abrazo, Elaiza
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