Un
mes de febrero inusual nos hace el regalo de esta primavera perenne que se hace
presente en cada palmo del Beso de Luna. Los jazmines florecen a deshora y
desperdigan su fragancia envenenando la sangre de ansias adolescentes.
He llegado algo tarde pero sé que ese hecho, en ocasiones, nutre mi alma curiosa de
escenas que de otra forma no estarían a mi alcance.
Detengo
el paso al distinguir la proximidad de mis dos amigas bajo las volátiles telas
blancas de nuestro reservado. Ninguna me mira, no advierten mi llegada. Solo
tienen ojos para una intimidad que las envuelve en su burbuja particular.
Me cobijo cerca, en un lugar discreto que no puede llamarse escondite porque está en
medio del camino pedregoso que atraviesa los jardines. De hecho, un gran velón de
los que alumbran el sendero lleva hasta mí la fragancia de la vainilla y me baña
con el reflejo dorado de su llama.
Reconozco
que soy una enamorada del amor. Son los pequeños gestos sutiles los que prenden
fuego a una escena. Victoria, sin poder evitarlo, eleva despacio una mano y sus
dedos atrapan un mechón de pelo de Daniela que, juguetón, revolotea tapando parte
de su cara. La retirada, detrás de la oreja, de esa leve cortina que le impide
ver con nitidez los ojos avellana de su amada, se convierte en una caricia que enerva
la mejilla, el lóbulo y la espina dorsal de Daniela.
Contemplo
cómo se estremece y se ruboriza; casi puedo sentir el calor que la recorre por
dentro. Daniela es muy celosa de su intimidad y muy consciente de que está en
un lugar público. El simple roce de esos dedos prende en ella el deseo como una
chispa sobre la hierba seca. Victoria calla y la mira. Daniela no quiere
apartar los ojos de la mesa, sabedora de que su expresión revela demasiadas
cosas.
La
fotógrafa alza la Leica que lleva colgada al cuello, ajusta el objetivo y
dispara una y otra a vez como si quisiera atrapar su belleza para siempre, como
si pudiera lograr que la cámara ganara la apuesta al reloj.
Lo
que ella ignora es que cuando el amor impera no existe el tiempo, no existe la
muerte. Eso es lo único importante.
¿Cómo
puedo permitirme interrumpirlas? Soy consciente de que esa escena es única e
irrepetible, de que su amor, en un marco imposible, está lleno de presente.
Mis noches en el Ideal Room llegará para aliviar la transición melancólica del
verano al otoño. En el momento preciso.
7 comentarios:
Sentía añoranza de estas palabras que te envuelven de una seducción femenina, una pequeña sonrisa matutina desvela el deseo de leer y vivir esta historia que bien seguro será bella como las otras.
¡Gracias, preciosa! No sabes lo importante que es para mí esa espera ilusionada. Un beso enorme.
Muchas gracias, Mila, por despertarnos el deseo de descubrir otro gran misterio.
Lo tuyo se llama... ¡A R T E!!!!!
Un abrazo,
Asun
¡Un besazo, Asun!
Hola Mila.
No sabes la ilusión que me ha dado al encontrar tu blog, veo que lo llevas de mucho tiempo así que supongo que la desinformada soy yo. En mi país (Colombia) es muy complicado conseguir libros de temática les en físico, así que solo me quedan las versiones para el e-reader, algo que no es de mi total gusto.
No he podido evitar (espero no ser impertinente), al leer tus descripciones de los hermosos lugares a donde van las chicas, en pensar un poco en Anne Rice y simplemente es por la capacidad tan grande que tienen las dos de transportarte al lugar en que tus personajes están, a pesar de no conocerlos y mas aun llegar a identificarme con uno de ellos... no diré cual porque eso si seria extremadamente injusto y desagradable.
En fin, me he extendido un poco, solo quería decirte que aunque encontré hace poco tus libros, los he devorado en 3 días y fue mi necesidad insaciable de saber mas sobre las chicas lo que me llevo a encontrarte aquí.
Un gran abrazo, no dudes que te seguiré de ahora en adelante a demás me siento impaciente ante tu nueva revelación.
Adriana
Querida Adriana: tu pasión por la lectura da alas a mis dedos. Encantada de tenerte a ese otro lado saboreando las aventuras de nuestras chicas. Y digo nuestras porque ya no son solo mías. Por fortuna.
Un abrazo enorme.
Mila
Gracias por tus palabras, un abrazo para ti también :)
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