Mi deseo para vosotrxs: que el 2016 entre pletórico
de pasión y ésta os empuje día a día. Pasión por quien está a vuestro lado, por
los libros, por vuestra mascota, por vuestra afición secreta, por vuestro
trabajo, por viajar, por charlar, por entregaros.
Que la tibieza sea desterrada de vuestras vidas.
Tengo la fortuna de que esta noche, en el Beso de
Luna, me acompañen tres mujeres que nada saben de tibieza y mucho de pasión.
—Hola, Victoria ¿Cuál es tu pasión?
—¡Uf! Si te dijera una sola sería una respuesta muy
limitada —me cuenta, fijando en mí sus inteligentes ojos pardos.
—Pues alárgate. No es tiempo de límites.
—Siento pasión por ella —dice entrelazando sus dedos
con los de Daniela, la mujer que se sienta a su izquierda. Ésta la contempla resplandeciente
y con cierto rubor en las mejillas—. Me apasiona su trabajo, su valentía, su
fuerza vital —continúa, señalando en esta ocasión a Gerda Taro, la mujer que se
halla al otro lado—. Siento pasión por mi hija, por mi madre, por la fotografía…Podría
estar toda la noche enumerando las cosas que me apasionan.
—Si supieras cómo te entiendo…
—Lo sé —replica con una sonrisa cómplice.
—¿Y cual es la tuya? —pregunto a Daniela.
Antes de contestar me observa unos segundos con unos
ojos oscuros, profundos, carentes de superficialidad. La superficialidad no
cabe en su vida. Le cuesta responder, nunca ha sido de revelar públicamente sus
afectos. Sin embargo, Daniela es una persona que sorprende, que siempre supera nuestras
expectativas.
—Como Victoria ha dicho, es muy difícil elegir. Me
apasionan muchas cosas. Por supuesto, me apasiona ella —señala, dirigiendo a
Victoria una mirada que derretiría a las piedras—. Me apasiona mi hijo, me
apasiona leer, cocinar, aprender, conocer cosas nuevas. Me apasiona la amistad —dice
mirando esta vez a Gerda.
Es difícil acostumbrarse a una voz tan sensual y levemente
ronca como la que tiene Daniela. Y además es una mujer reservada que oculta
grandes cosas. Una combinación explosiva.
—¿Gerda?
Antes de que ella pueda responder, Victoria
interviene.
—¡Gerda es todo pasión! —señala riendo.
—¡Es cierto! —afirma ella.
La sonrisa de Gerda congela el tiempo. Es imposible
apartar los ojos de su boca. Gerda desprende un encanto natural irresistible;
encanto que se ve acrecentado por los matices de una voz que nace envuelta en un
sutil acento alemán.
—Me apasiona todo —continúa Gerda—. Siento pasión
por los ideales que defiendo, por mis amigxs, por la fotografía, por la verdad,
por la vida que corre a mi alrededor y que intento sujetar dentro de mi cámara.
Me apasiona vivir.
Aunque ella no lo sepa, Gerda y su trabajo siguen
viviendo y lo harán para siempre en nuestros corazones y en la Historia.
Solo espero que las tres mujeres que me acompañan
esta noche vivan mucho tiempo dentro de vuestro recuerdo.
2016 va a ser un buen año.
Sed felices.
Mis noches en el Ideal Room se acerca.