En cuanto le propongo que me hable de
ella, Victoria baja los ojos y abraza con la mano el reloj que lleva en la muñeca
izquierda. De pronto parece recordar algo, lo suelta y se dirige a su vaso. Ha
pedido vodka, a palo seco, sin hielo. La observo mientras pega un trago sin
pestañear. Entonces sí, entonces me contempla con la mirada brillante.
—¿Cuánto tiempo tienes?
Sonrío ante la pregunta.
—Todo el que necesites.
Victoria da otro pequeño trago y comienza
a hablar.
—Daniela es una mujer de su época, pero
también un raro espécimen intemporal. Es reservada, a veces hosca, aunque esa
muralla no llega a ocultar la pasión, la fuerza, la entrega que promete.
Mi interlocutora ya no me mira, dirige la
vista hacia el infinito mientras dibuja a Daniela con pinceladas precisas,
acariciando el lienzo de la memoria con cada palabra que sale de su boca.
—Es inteligente, decidida. Tiene la
valentía que muchos envidiamos; ese impulso que te lanza a dejarlo todo en pos
de algo en lo que crees, o de alguien a quien amas. Y no mira atrás.
Yo bebo lentamente de mi copa, sin apenas
moverme, por miedo a hacer cualquier gesto que pueda interrumpirla.
—Cuando calla, sus ojos abrasan y sé que
lo escucha todo, que lo entiende todo. Pero cuando habla…
Victoria regresa a su bebida como si
necesitara fuerzas para continuar.
—¿Sabes? Tiene esa clase de voz ronca y
al mismo tiempo aterciopelada que consigue que se te erice el bello y pierdas el
sentido común. Esa clase de voz que te tienta a hacer cosas sin que intervenga
la razón.
—Peligroso…
—Para mí, absolutamente.
Victoria se ilumina con una sonrisa evocadora,
se toma unos segundos y continúa hablando.
—Cuando cocina, con cuatro cosas hace
unos guisos que te hacen cerrar los ojos, gemir y desear lo imposible.
—Es alquimista —sugiero.
—Es la alquimista de mi vida.
Victoria me contó estas cosas anoche.
Pero hay mucho más.
Mis
noches en el Ideal Room lo guarda todo en su
interior.
11 comentarios:
Ya te vale Rubia Maléfica ,le vas a destrozar el higadillo,vodka a palo seco.Veamos,esque estás hecha una Maléfica.Ahora que tengo la Daga,me quedo sin sitio para tatuarme el Hotel.Ya te vale guapaaa.Pués que sepas que yo también entro gratis al Hotel.Rubia Maléfica,miedo me estás dando.
Jajajaja...el hígado de Victoria aguanta lo que le echen. Y por cierto, el Ideal Room es un Café, aunque también hay hoteles con ese nombre. Todo a su tiempo irá saliendo a la luz...
Besos, Husky
Lo que tú digas Rubia Maléfica jajaja,con mi Daga yo también pienso entrar gratis al Ideal Room,y chupitos gratis también.Y supongo que nos dejarán hacer reuniones secretas también allí.Ya te vale Rubia Maléfica jajaja,tienes una mente maravillosa.Y no te pases con el Vodka...te estaré vigilando.Madre mía ,me estoy volviendo Maléfica yo también jajaja
Jajaja...todo se pega. Un beso, Belén. Por supuesto, también tienes chupito gratis en el Ideal Room.
Y para cuando ese café? Espero impaciente a poder saborearlo , porque después de la experiencia de leerte sólo puedo decir : quiero más. Gracias , ha sido todo un placer.
El placer es mío, Andrea, por tener personas como tú viviendo mis historias. Gracias. En cuanto el café este listo os aviso.
Un beso.
Mila
Oye,Rubia Maléfica,a mí el café me lo pones para llevar,y el donuts también,pero que sea de chocolate.Y mi café,lo quiero expreso doble y con una cucharada de azúcar.Y sé buena,y sin chorrito de vodka en el café.Y con eso estamos en paz,jajaja.
Lo tendré en cuenta, querida Belén. Y nunca mezclaría el vodka con el café. Sería un sacrilegio.
Jajaja jajaja ,Ya te vale Rubia Maléfica .Voy a tener que buscarte otro mote,éste se te está quedando cortito.Por favorrrrr,saca un libro aunque sea de dibujos animados .
Deseando leerte ya otra vez, Mila.
Un abrazo fuerte. Mayka ;-)
¿De dibujos animados? mmmm...lo pensaré.
Jajajja...en serio, en cuanto sepa algo os lo cuento. Besos a todas.
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