Invitarla
esta noche al Beso de Luna ha sido una experiencia inolvidable. Y no solo para
mí. Daniela lo absorbe todo como una niña que acaba de abrirse al mundo. Desde
el momento en que ha traspasado la entrada del local, sus ojos color avellana
se han convertido en dos llamas que devuelven el reflejo de la luz de los
velones. Se ha puesto el escueto vestido color berenjena que le he
proporcionado y la veo caminar algo insegura sobre sus zapatos nuevos. Tienen
el tacón un poco más alto y estrecho que los que suele llevar. Pero no
protesta. Yo sé que se siente guapa. Extraña, pero guapa. La melena le cae por
encima de los hombros y se ha aplicado carmín en los labios, de un color rojo
oscuro, casi granate.
—¿Te
gusta? —le pregunto, al ver cómo contempla el entorno.
Ella
recorre con gesto hambriento cada detalle del jardín: las pérgolas con sus
lienzos blancos, los almohadones, los candeleros encendidos, el movimiento reposado
de las personas que disfrutan del pub. La luna nos vigila. Y la música. Sentada
ahora en nuestro reservado, escucha la canción que está sonando con un velo
melancólico, doloroso, en la expresión. James Arthur grita su lamento Impossible en nuestros oídos. A mi
invitada se le empañan los ojos y aprieta los párpados con fuerza. Dos lágrimas
indiscretas han caído ya sobre su regazo.
—Todo
es como imaginaba. Como ella me contó.
Ya
no esconde la añoranza.
—¿La
echas de menos?
Se
lleva los dedos a los labios como apretando las palabras hacia dentro. No puedo
soportar su agonía. Señalo con la cabeza hacia el sendero del jardín. Una segunda
invitada avanza hacia nosotras. Siento los latidos de Daniela en mis sienes. Se
pone en pie para correr hacia lo que considera un espejismo. A un metro de
distancia, se detiene. Casi puedo visualizar la reverberación del calor que
salta de un cuerpo hacia el otro. Las miradas encendidas adelantan lo que los
labios quieren expresar a mordiscos. Me incomoda ser testigo de su erupción,
así que me marcho silenciosa para perderme en el sonido de las olas que desean al
Beso de Luna sin jamás tocarlo. Un anhelo imperecedero.
Mis noches en el Ideal Room está creciendo.
4 comentarios:
Ohh!!!
Pura pasión...
Concu.........Pasión de la buena ;) . Quiero más ya lo sabes, escribe rapidito que me muerdo las uñas por leerte. Muaks.
¡Besos, mi querida concu! Ahí estoy, repasando... ;)
Publicar un comentario