Contemplo
embelesada ese par de faros que son sus ojos oscuros, limpios, sin duda heredados
de Carla y de su abuela. No puedo ignorar que su mirada inocente encierra mucha
sabiduría. Ella sabe cosas que los demás ni siquiera nos atrevemos a intuir.
Sentada sobre las rodillas de Mel, no deja de observarme mientras sorbe con
fruición un batido de fresa.
—Cuando
habéis entrado se ha armado un buen revuelo en El Beso de Luna —digo mirando a
Carla, acomodada junto a ellas.
—Sí,
todas las chicas se han acercado a besarla —responde con la cara iluminada de
ternura. Sus ojos muestran un brillo especial y le otorgan un plus de belleza.
Y es
que eso es lo que rezuma de nosotrxs cuando la tenemos cerca: ternura. Alejandra,
con poco más de tres años, nos ha robado el corazón desde que se dio a conocer
en el vientre de su madre.
—¡Por
cierto, qué nervios! —exclama Mel.
—Desde
luego. La última aventura, La daga fenicia, está ya en la calle
y es hora de saber qué piensan nuestrxs lectorxs. ¿Cómo os encontráis vosotras
después de todo lo que ha ocurrido?
—Ha
sido una experiencia muy desconcertante. De hecho, todavía nos hacemos multitud
de preguntas —interviene Carla.
—Hubiéramos
querido conocer a fondo cada detalle pero, como siempre, te has reservado los
secretos más interesantes. Aunque tú tienes las riendas y lo entiendo —me acusa
Mel con una sonrisa socarrona.
Nuestra
amiga de ojos ambarinos intenta provocarme sabiendo que el juego me estimula.
Sin embargo, yo evito caer en su trampa.
—Os
lo contaría todo si pudiera, pero debo protegeros.
—¿Hasta
cuándo viviremos en esa incertidumbre?
—No
lo sé. Puede que algún día no muy lejano lo sepáis todo. Me lo estoy
planteando.
—Nos
gustaría —replica Carla. Su mirada hiere como la propia daga.
—Lo comprendo.
¿Vais a venir a Barcelona conmigo?
—Por
supuesto. Ya hemos reservado el hotel. Vamos todos. No nos perderíamos la
entrega de ese premio por nada del mundo.
—Lo
cierto es que vais a todas partes conmigo y me encanta.
—No
te librarás de nosotras tan fácilmente —señala Mel, guiñándome un ojo con un
gesto muy seductor.
—Ni
lo intentaría —respondo con una sonrisa cómplice.
En
ese preciso momento, la niña se escapa de los brazos de su madre para acercarse
a mí y susurrarme algo al oído.
—No
te preocupes, esta aventura les va a encantar —me dice con esa vocecita que
invita a estrecharla contra el pecho. Y eso hago.
Ojalá
la percepción extraordinaria de este ángel enviado para engatusarnos sea la
correcta. Hasta ahora nunca ha fallado. Pronto lo sabremos.
4 comentarios:
Muy bonita la portada.Estoy súper intrigado....;)
Un Beso.
Tu Fisio.
Pronto se desvelará el misterio... y surgirán otros. Besos, mi fisio.
Hola buenas noches hay continuación al libro de la daga fenicia?
Me encantaría saber si continúa la historia de Patricia e induna.
Saludos y gracias por compartirnos tantas historias.
😀
Encontraréis la continuación en Regreso a Eterna. Un abrazo.
http://www.editorialegales.com/libros/regreso-a-eterna/9788417319304/
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