Voy por mi segunda copa de vino cuando la veo aproximarse con paso decidido. Delgada, con un corte a lo garçon y embutida en un traje de chaqueta negro que parece querer dejar atrás. Se echa el flequillo despeinado hacia un lado, lo justo para que pueda ver sus ojos, y me besa precipitadamente.
—Lo siento. Acabo de terminar ahora —me dice mientras se quita la chaqueta y la cuelga en la silla vecina— ¡Joder, qué estrés! ¿Qué estás bebiendo?
—Vino tinto. ¿Te pido una copa?
—No. Necesito un güisqui.
Le hago una señal a la camarera y Eva prácticamente le ladra su pedido en cuanto se acerca.
—Tranquila, relájate —le digo sonriendo.
— ¡Es que hay cada cabrón suelto…!
— ¿Un mal día en el bufete?
—No más que otros. Pero es que cada vez que viene una clienta y me cuenta su historia me pongo enferma.
La camarera, una joven atractiva de larga melena, entrega su copa a Eva mientras le sonríe de una forma un tanto provocadora.
—Tú, como siempre, triunfando…
—No digas chorradas, sabes que estoy retirada —me contesta sonriendo por primera vez mientras da un buen trago a su vaso.
—Afortunadamente para María, te has vuelto de lo más formal…
—Hace media vida que estoy con ella, así que ya ni me acuerdo de ligar…Ni quiero tampoco, no pongas esa cara.
—No estaba pensando nada…
—Ya.
—Bueno, nuestras amigas y amigos quieren saber cosas de ti, dónde y cuándo naciste, qué haces...
Da otro largo trago a su copa y me mira.
— ¿Por dónde empiezo?
—Por donde quieras.
—Vale, nací en Valencia… ¿la fecha también?
—También.
— ¡Jodeeer…! El 24 de agosto del 62. Soy abogada matrimonialista y vivo con María desde hace veinte años —me suelta sin respirar.
—Bueno, no ha sido tan difícil…
—Vale ya.
—Sois vecinas de Mel, creo…
—Vivimos muy cerca, al borde de la playa.
— ¿Habéis conseguido que se eche novia?
— ¡No me provoques para que cuente eso! Pero ya sabes lo dura que es la tía…
—No insistiré —le contesto riéndome—. Me han dicho que preparaste una fiesta espectacular en casa el día de tu cumpleaños y que hubo alguien que se fugó con alguien…
—No me acordaba de aquello —se rió—. Sí que fue una sorpresa, la muy…
— ¿Qué te parece Carla? —le corto antes de que termine la frase.
— ¿Qué me va a parecer? Está tremenda y... yo tendría cuidado con ella.
—Con Patricia, ¿qué tal?
—Prefiero no comentar.
—Bueno, lo comprendo. Y María ¿va a venir a vernos otro día?
— ¡Seguro! Me dijo que tenía muchas ganas, pero ya quedarás con ella. Está desde hace una semana pintando como loca…
—La llamaré pronto.
En aquel instante, la misma camarera atractiva de antes se acerca a nuestra mesa y con voz insinuante le pregunta a Eva, casualmente, si queremos algo más.
Nuestra Eva la seguirá liando mucho tiempo, me parece a mí…
4 comentarios:
me encanta...
nos estas enamorando cada vez mas de tus personajes. besos.
Estoy deseando comprarme el libro!!!
Un abrazo,
Habrá más...
EVA, NO TE PONGAS NERVIOSA (CELOSA) PERO ME ENCANTARIA CONOCER ALGO SOBRE MARIA.PARECE TAN TIERNA Y ACOJEDORA...
HACEIS BUENA PAREJA
(TU FISIO)
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