Vivamos
sin huir.
Miremos
a la cara a lo que nos venga, aunque asuste o duela.
Construyamos
nuestra felicidad sin atarnos a las apariencias.
Lo que
piensen los demás pertenece a su universo. Lo que pienses tú configura el tuyo.
No causemos
dolor, causemos besos, abrazos y empatía.
Recordemos
oler las flores, acariciar a nuestra mascota, mirar al cielo; adorar las
estrellas por el simple hecho de estar ahí.
Y meternos
en los zapatos de otros.
Y mirarnos
a los ojos.
Y amar
a quien nos dé la gana.
Despertemos
y amemos.